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REAL ZARAGOZA / ANÁLISIS

La pizarra proactiva de Velázquez

El técnico apostó por cambiar a un 5-3-2 tras la derrota en su debut en Albacete y el viernes reaccionó con rapidez tras la expulsión de Calero.

Zaragoza
Julio Velázquez.
CIERZO VISUALDiarioAS

Julio Velázquez parece haber dado con la tecla. Su pizarra, por el momento, funciona. El técnico aseguró en su presentación que quería un equipo proactivo y es precisamente lo que se está viendo, con jugadores que presionan, ganan duelos y van a por los partidos, pero también con un entrenador que busca soluciones.

La primera, quizás la más importante, fue cambiar a un 5-3-2 tras la derrota en su debut en Albacete, en un encuentro verdaderamente malo del Real Zaragoza. “El equipo ni me ha gustado a mí ni le ha podido gustar al espectador”, señaló el entrenador a la conclusión del mismo. Entonces introdujo hasta seis cambios en la alineación respecto al último once de Fran Escribá, pero más o menos mantuvo el sistema, con un 4-2-3-1.

A la derrota y a la mala imagen hubo que añadir la lesión de Lecoeuche, lo que le obligaba a buscar soluciones para el lateral izquierdo. Y también para la delantera, ya que Azón había caído lesionado en la previa del partido del Carlos Belmonte y se unía a la baja de Bakis. Problemas y más problemas para un equipo en plena caída libre, que no daba señales de vida y que no ganaba un partido desde hacía dos meses.

Y la solución comenzó con ese cambio de sistema, con una línea de cinco defensas que le ha dado mucha más seguridad al equipo. El Leganés apenas inquietó a Rebollo y el Espanyol tuvo la suerte de encontrarse con el gol en su primera y única ocasión clara, ya en el minuto 54. Mouriño, recuperado para la causa, Jair y Francés se han impuesto en prácticamente todos sus duelos, especialmente por anticipación, juntando las líneas incluso cuando el Zaragoza ejerce una presión alta.

Posiblemente a ello también ha ayudado el espíritu contagioso de Velázquez, que ha situado a Germán Valera como carrilero izquierdo, una decisión tan sorprendente como acertada. El extremo ha completado dos buenos partidos y aunque es cierto que aún debe mejorar en ciertos aspectos defensivos, ha logrado darle profundidad al equipo por la banda izquierda e incluso provocó la expulsión de Calero.

La fórmula funcionó frente al Leganés, con una victoria tres meses después en La Romareda, y el técnico no dudó en repetir contra el Espanyol, que apenas puso en problemas al Zaragoza hasta el tanto de Edu Expósito. Tres minutos después el equipo de Ramis se quedó con diez y Velázquez, viendo que lo que había funcionado hasta entonces podía no serle útil en un nuevo contexto de partido, no dudó en mover ficha, pasando a un 4-4-2 con la entrada de Bermejo y Sergi Enrich por Maikel Mesa y Jair, que llevaba una amarilla.

Francho pasó al lateral izquierdo, demostrando que puede rendir le pongan donde le pongan, y Valera adelantó su posición. Pero aún quedaba un cambio más para completar la metamorfosis y éste llegó tres minutos después: Mollejo, un especialista en ganar duelos cuando el equipo sale en largo desde atrás y en incordiar a los defensas en la presión, dejó su puesto a Manu Vallejo, un perfil más apropiado para lo que iba a demandar el encuentro, con un Espanyol encerrado y un Zaragoza que necesitaba jugadores que pudieran combinar o con uno contra uno.

No había pasado ni un minuto de la sustitución, cuando Manu Vallejo recogió un balón al borde del área, abrió a Fran Gámez y encontró el espacio para que el lateral se la devolviera y batir a Pacheco con un gran disparo. El Zaragoza incluso pudo llevarse los tres puntos, pero ni Sergi Enrich, que se encontró con el palo, ni Bermejo pudieron deshacer la igualada y premiar con tres puntos los acertados cambios del técnico.

Aún es pronto para vaticinar cómo le irá a Velázquez en el Zaragoza y, de hecho, su balance es de cuatro puntos de nueve posibles, pero hay que tener en cuenta que dejando a un lado el borrón de Albacete, los aragoneses han merecido la victoria frente al líder y la mejor plantilla de Segunda y que las decisiones del técnico han beneficiado a su equipo. Aún se está a tiempo de todo, para lo bueno y también para lo malo, pero uno está mucho más cerca de los objetivos cuando es consciente de los problemas y encuentra soluciones, cuando se anticipa a ellos tomando decisiones y cuando no se crea nuevos tocando aquello que funciona.

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