La nieve no puede con el Burgos-Cartagena
Los copos caídos durante la tarde del sábado han hecho trabajar a destajo a operarios del club local. Hasta Bolo cogió la pala.
El temporal de nieve que tiene bajo amenaza a la península ha descargado a orillas del Arlanzón durante la tarde del sábado. A lo largo de la jornada, Castilla y León ha registrado fuertes nevadas en diferentes puntos, que han obligado a la suspensión de un buen puñado de partidos de fútbol y de otros eventos al aire libre. No ha sido así con el Burgos-Cartagena, tal y como ha confirmado la entidad local, a pesar de que pudiera parecer en algunos momentos que estaba en riesgo. No ha sido así, aunque la situación del césped ha obligado al retraso del inicio media hora sobre el horario previsto.
Aunque los copos cayeron con ligereza a mediodía, no fue hasta bien entrada la tarde cuando comenzó a arreciar, tiñendo El Plantío de blanco. Sin embargo, fuentes del Burgos, consultadas por Diario AS, confirmaban que la previsión era que el choque se pudiera disputar, a pesar de todo, en vistas de que se esperaba que el tiempo pudiera mejorar y que dejara de nevar conforme se acercara la hora del partido (21:00), como así ha sucedido alrededor de las siete de la tarde.
Entretanto, operarios de la entidad blanquinegra se afanan en limpiar el césped y retirar la nieve, unas labores a las que se ha sumado Jon Pérez Bolo de manera espontánea, antes de dar las últimas indicaciones a sus pupilos en los vestuarios, como así se ha visto en las redes sociales del Burgos. De esta forma, y a pesar del frío, la vuelta de Julián Calero a la que fue su casa se producirá en el modo previsto: con los tres puntos puestos en disputa y él, sancionado, ocupando un palco en la grada.