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MIRANDÉS

La indignación crece en el seno del Mirandés por el trato arbitral

Nadie entiende la decisión de Moreno Aragón de no señalar falta en el tercer gol del Oviedo. Después el colegiado anuló un tanto a Izeta en el añadido.

Moreno Aragón, en el Real Oviedo - Mirandés.
LaLiga

El mirandesismo tiene motivos para la sospecha. El Oviedo fue superior tal y como dicta el resultado, pero el arbitraje de Moreno Aragón dejó mucho que desear en el estadio Carlos Tartiere. Y ya son unas cuantas decisiones erróneas en los últimos partidos, que coinciden en el tiempo con la buena dinámica del equipo que había logrado situarse en el segundo puesto de la clasificación.

Todo comenzó en la octava jornada en el duelo entre Mirandés y Granada que se disputó en Anduva. Un centro al área de Joel Roca fue interceptado por la mano, totalmente despegada, del lateral visitante Ricard. La jugada continuó y los nazarís vieron portería en un rápido contragolpe que, a la postre, decidió el partido. El colegiado Muresan Muresan no apreció el claro penalti ni tampoco fue avisado por el VAR para revisar la acción.

Un jornada más tarde, y coincidiendo con la disputa del derbi provincial ante el Burgos, el ‘beneficiado’ fue el cuadro jabato puesto que Palencia Caballero no decretó una pena máxima por mano de Tachi. Eso sí, después el trencilla vasco expulsó con roja directa a Víctor Parada, aunque tuvo que rectificar su decisión tras visionar las imágenes del VAR en las que se aprecia como el lateral madrileño despeja de manera correcta el balón. Aún así fue amonestado por el árbitro.

La guinda al pastel se produjo este martes en tierras asturianas y con el duelo prácticamente decidido. Moreno Aragón dio validez al tercer gol del Oviedo que llegó tras una evidente falta de Cardero que impactó con los tacos en la parte posterior de la rodilla izquierda de Pablo Tomeo. Una acción temeraria que Milla Alvéndiz sí observó desde el VAR, pero finalmente no hubo cambio de decisión, ni tarjeta roja.

El colegiado andaluz concedió el tanto ante la incredulidad del banquillo del Mirandés y del propio Alessio Lisci, que terminó expulsado sin merecerlo. En los minutos finales, el conjunto jabato anotó la segunda diana, que no subió al marcador por mano de Izeta en el control.

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