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MÁLAGA

La hora de Kike Pérez

El fracaso del proyecto es un hecho y el Málaga, salvo milagro, dirá adiós al fútbol profesional. El director general debe iniciar una profunda reestructuración pensando en la 2023-24.

Kike Pérez, durante su presentación como director general del Málaga.
PACO RODRIGUEZ

El Málaga consumó ante el Racing de Santander el fracaso absoluto de su proyecto. El mayor descalabro futbolístico desde su refundación como Málaga CF. Un desastre que puede tener consecuencias terribles en el futuro a corto plazo del club. Salvo milagro, estará la próxima temporada en Primera RFEF, fuera del fútbol profesional, y se verá obligado a reajustarse a un presupuesto muy inferior y a tomar decisiones de calado. Y ahí debe entrar en escena el nuevo director general blanquiazul, Kike Pérez.

Suya será la responsabilidad de acometer una profunda reestructuración en todas las áreas de la entidad, actualmente sumida en el caos y con el rumbo perdido por completo. Ha quedado demostrado que la capacidad de gestionar un club de fútbol del administrador judicial, José María Muñoz, es nula. La gestión de la crisis deportiva ha sido pésima. Sin tener ninguna experiencia previa en el mundo del fútbol ha participado y ha liderado decisiones de relevancia como el despido de Pepe Mel.

Muñoz se comprometió a darle mando en plaza a Pérez en su presentación y ahora llega el turno del nuevo director general. La inmensa mayoría de clubes ya está trabajando en la temporada 2023-24 y el Málaga, una vez más, va tarde. A día de hoy ni siquiera tiene director deportivo. En ‘La Cueva’ sigue el equipo de Manolo Gaspar con Capote a la cabeza, pero vista la gestión deportiva que han realizado en los últimos años junto al paleño, no parece aconsejable que continúen formando parte de la secretaría técnica. También está más que en entredicho el trabajo que se está realizando en la Academia.

La elección del nuevo director deportivo se está demorando demasiado y urge tomarla cuanto antes y, sobre todo, acertar. Hará falta adaptar el proyecto a la futura categoría, Primera RFEF. De confirmarse el descenso, la plantilla sufrirá un cambio radical y habrá que hacer una planificación partiendo desde cero. Kike Pérez aseguró en su puesta de largo que no contemplaba el plan B. Pero a día de hoy ese es el escenario más probable y el Málaga ya ha perdido el último mes.