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LAS PALMAS

La geolocalización puede marcar el nuevo problema judicial de Joel Domínguez

El juvenil de Las Palmas condenado por agredir a una joven se enfrenta a un presunto quebrantamiento de condena. Se abren las diligencias previas.

Las Palmas
La geolocalización puede marcar el nuevo problema judicial de Joel Domínguez
Elvira Urquijo A.EFE

El caso del futbolista juvenil de la Unión Deportiva Las Palmas condenado por violencia machista sigue dando coletazos. Y los que pueden quedar. Así, Joel Domínguez, con sus pinitos hechos en forma de entrenamientos con el primer equipo amarillo, a declarar delante de un juez en Las Palmas de Gran Canaria

Domínguez, en uno de sus entrenamientos con el primer equipo de Las Palmas.
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Domínguez, en uno de sus entrenamientos con el primer equipo de Las Palmas. Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

Lo hizo en el Juzgado de Violencia contra la Mujer número 1. Condenado en marzo por agredir a una joven menor de edad que fue su pareja a un año de alejamiento de la víctima como mínimo a 500 metros y la prohibición de contactar con ella bajo ningún concepto ni medio durante un año, entre otras cuestiones, tuvo que volver hoy a sentarse ante un juez por un presunto quebrantamiento de condena. El joven se enfrenta así a dos denuncias por esta supuesta conducta, una presentada por la propia víctima y otra por su madre, testigo como fue de unas de las escenas en cuestión. En este sentido, este mañana declaró primero la víctima, después su madre y, por último, Domínguez.

Domínguez, que sí reconoció los hechos por los está condenado, y su defensa niegan este quebrantamiento. Se abren, pues, las diligencias previas de unos hechos que podrían tardar hasta siete u ocho meses en resolverse, según algunas fuentes, ya que se abre la veda del arduo proceso de recopilación de las pruebas aportadas por ambas partes.

En ese sentido, la geolocalización de los dispositivos móviles de Domínguez y su víctima pueden marcar el destino de este presunto quebrantamiento. El propio futbolista aceptó la entrega de su dispositivo. Lo mismo sucede con la víctima y su defensa, que además han solicitado que la Unidad de Delitos Tecnológicos intervenga para poder acceder a toda la información que la víctima borró en su día para intentar proteger a Joel.

Uno de los argumentos de la defensa de Joel Domínguez se basó en que la joven agredida había acudido a la vivienda de la víctima, en la capital insular, algo que en ningún momento han negado ni la joven ni su familia. De hecho, la madre de la víctima, ante la decisión de su hija, contactó con la Policía. Ese mismo día, el 20 de marzo, 13 después que el joven de 18 años fuera condenado, la chica presentó la denuncia. Dos días antes, el 18 de marzo, fueron vistos juntos por la madre de ella.

Antecedentes.

Este suceso tiene varios antecedentes y aristas que contar. Resulta que Domínguez ya tiene un procedimiento abierto en Fiscalía de Menores por maltratos psicológicos a esta joven. Buscando una solución satisfactoria para todos, la familia intentó incluso contactar con la propia UD, algo que el club niega, insistiendo además en que no tiene por qué hacerlo.

El cao fue más allá. “La primera vez que me puso la mano encima fue el 20 de enero de este año”, reconoció “María” en una entrevista concedida a Diario AS. Semanas después, un policía de paisano vio en vivo y en directo una nueva agresión de Joel, presentando así la denuncia por la que el chico fue condenado por malos tratos. “Me abrió la cabeza de un puñetazo”, desvelaba la joven. El desgarrador testimonio de la madre, Mara, también tuvo eco en Diario AS: “Esto nos ha destrozado a todos; el ambiente en mi casa es terrible”.

El juicio se celebró el 7 de marzo, y apenas 11 días después ya se produjo uno de los presuntos quebrantamientos denunciados, este por la madre. Dos días después denunció la hija. Hoy, vista previa por el presunto quebrantamiento. La pesadilla que no cesa. Mientras, el futbolista cuenta con el aval del club, “un activo al que tenemos que proteger”, que le puso un entrenador durante el tiempo que duren los 40 días de trabajos comunitarios a los que también fue condenado en su momento. Toca esperar.