La falta de gol precipita el debate del delantero rematador
El Real Valladolid, con 28 tantos en 25 partidos, es junto al Elche, el equipo de los llamados a estar arriba que menos tantos marca. Negredo, cerca.
El Real Valladolid acumuló su cuarto empate, el segundo sin goles, en Leganés, pero lo hizo sin disparar una sola vez entre los tres palos. La falta de gol se plantea como un problema dentro de un equipo con aspiraciones a ascender a Primera División. Y es que en 25 jornadas ha conseguido 28 goles, cifra que lo coloca como el menos goleador entre los aspirantes, junto al Elche, y en el vagón de cola de toda la categoría.
No sólo eso. En los últimos seis partidos de Liga sólo ha marcado tres goles, pero todos ellos los consiguió en el encuentro ante el Racing. En los otros cinco partidos, los blanquivioletas no vieron portería, perdiendo tres y empatando dos. Sylla, el máximo goleador del equipo con seis tantos, acumula siete encuentros sin ver portería y casi son ocho porque su último tanto lo logró en el minuto 8 del duelo ante el Levante el día 2 de diciembre, hace más de dos meses.
De esta manera, y pese a que Catoira en la rueda de prensa del viernes afirmó que la necesidad de un delantero goleador propiciaría “un debate futbolístico”, lo cierto es que al Real Valladolid le falta pólvora. Cuentan en Zorrilla con la pronta recuperación de Marcos André, en tres semanas, pero lo cierto es que después de un tiempo importante de inactividad, las dudas alrededor del rendimiento del brasileño no son extrañas.
Pezzolano fue contundente en la rueda de prensa posterior al partido ante el Leganés sobre la posibilidad de que Álvaro Negredo pueda reforzar al equipo, afirmando que “hoy en día está libre y es muy interesante. De eso se encarga él (Domingo Catoira). Veremos si en los próximos días se puede dar o no”. El club trabaja en el análisis de jugadores libres, ya que tiene fichas, que puedan ayudar al equipo en una faceta deficiente para un aspirante a ascender, pero el vallecano cuenta con muchas posibilidades de ser el elegido, en una operación que puede cerrarse la semana que empieza mañana.