La confianza ciega de Álvaro Jiménez
Colectiva e individual: “Las Palmas está de p.m., como al principio. Sea un minuto, 60 o 90, yo juego igual. Lo otro es cosa del míster, para eso le pagan”.
No es que esté del mejor humor posible estos días el vestuario de Las Palmas. Ocurre que el equipo grancanario, tras haber sumado únicamente tres de los últimos 12 puntos en juego, se descabalgó primero de la primera posición y después, del ascenso directo. Este lunes, en Albacete, se enfrenta al que vuelve a ser un rival directo para, al menos, luchar por los puestos de playoff.
“Las Palmas está de puta madre, como a principios de temporada”, dijo este mediodía Álvaro Jiménez, visiblemente enojado cuando fue preguntado por el bajón experimentado por su equipo en las últimas semanas. Insistía el 15 de la UD en que su equipo, de tan bien como lo ve, tampoco es que tenga que cambiar de registro. “No sé qué es, para ustedes, tener Plan A y Plan B”, le insistió a los presentes, queriendo mostrar una confianza ciega tanto en sus posibilidades como en las del equipo.
Algo contrariado, aclaró también: “Somos 24 futbolistas y en la primera vuelta jugamos todos. Es verdad que ahora hay menos rotaciones, pero juegue quién juegue lo hace genial. No hay que hablar de planes sino de Las Palmas”. Por eso, de cara al partido de Albacete, sentenció algo enfadado: “A ellos les está yendo bien haciendo su juego. Nosotros tenemos que hacer lo que venimos haciendo todo el año. Hay que tener paciencia y saber que algunas semanas las enchufas y otras, no. Si lo hacemos somos los mejores y si no, los peores”.
Pérdida de protagonismo.
Álvaro Jiménez, que yace en Las Palmas cedido por el Cádiz, ha ido perdiendo protagonismo conforme avanzaba el campeonato. Ahora, mismo, en su casillero particular figuran 11 titularidades en 21 partidos para un total de 900 minutos sobre el césped, en los que además pudo marcar tres goles. El último, en el Heliodoro. Toca intentar multiplicar en Albacete. “Es verdad que ahora estoy jugando más como revulsivo, pero yo no soy el entrenador”, dijo. Su mensaje, con algo de resignación en el mismo, no pudo ser más claro: “Siempre juego igual de intenso sea uno, sean 60 o sean 90 los minutos que juego. Eso es trabajo del míster, que para eso le paga. Yo estoy a lo él mande, a su disposición”.
Su contrato de cesión con Las Palmas expira dentro de tres meses, el 30 de junio. “Mi familia y yo estamos muy felices en Gran Canaria”, quiso aclarar. Sin embargo, la “felicidad” que siente residiendo y jugando en la Isla no le impide ser consciente de la realidad: “Es una situación que ahora mismo veo muy lejos, así que ya se hablará de ello en su momento. Ahora lo más importante es ganarle el Albacete para reconducir esta situación y estar todos contentos”.