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LAS PALMAS

La ambición del ‘caradura’

Kirian fue titular en Ipurua 11 meses después. Atrás quedan un linfoma y una lucha constante contra los elementos externos, como desde que llegó a la UD.

Las Palmas
La ambición del ‘caradura’

Kirian Rodríguez sacudió el alma entera del deporte español cuando, a principios del pasado mes de agosto, con Las Palmas en plena pretemporada, anunció que padecía un linfoma de Hodgkin que, obviamente, requería de tratamiento inmediato. “No quiero mensajes de pena. Y que sepan que volveré en el mercado de invierno”, insistió el propio futbolista en conferencia de prensa desde Barranco Seco, allí donde se alza silenciosa la Ciudad Deportiva del club, acaso un sitio de peregrinaje diario desde entonces siempre que su maltrecha salud se lo permitió.

Sin tiempo que perder, el 20 de la UD se puso manos a la obra, multiplicándose entre sesiones de quimioterapia, visitas al médico, su propia ambición de ponerse bueno cuanto antes y suaves sesiones de trabajo en las instalaciones del club, lo mismo da que fuera al trote ‘cochinero’ sobre el césped de Barranco Seco que en el coqueto gimnasio que usan los futbolistas de Las Palmas.

Sea como fuere, y cumpliendo su palabra, Kirian fue uno más, al menos en la dinámica de equipo, desde que se abrió el mercado invernal. La Unión Deportiva, obligada como estaba a darle ficha teniendo el pibe el alta médica, rápidamente le vistió de nuevo con el dorsal 20. Por más que fuera entrando progresivamente en las convocatorias, el caso es que García Pimienta no le dio cancha hasta el 30 de abril, en Zaragoza, 18 minutos que supieron a gloria. Una vez que llegó ya era para quedarse: titular en Eibar y una clase magistral de fútbol durante 81 minutos.

Kirian no era titular desde el 4 de junio pasado, cuando el Tenerife terminó con las aspiraciones de ascenso de Las Palmas. Casi un año después se completó el más difícil círculo vital de este “caradura”. “Es un “caradura”, nunca se esconde. Tiene visión de juego, llegada, chut desde fuera del área. Los buenos jugadores, como él, son mucho mejores cuando tienen a otros buenos jugadores al lado. Además, Kirian siente los colores como nadie, lo que hace de él un jugador único para este equipo. Lleva cuatro meses peleando por ser uno más. Incluso, se veía para jugar antes. Si juega y lo hace mal nunca será su responsabilidad después de todo el esfuerzo que ha hecho”, insistió el pasado viernes el propio García Pimienta, pidiéndole paciencia en lo referido a su vuelta a la competición. “No quiero minutos por ser Kirian”, dijo el jugador hace unos días, envuelto también en las negociaciones para renovar un contrato con la UD que quiebra el 30 de junio próximo.

La cabezonería de Kirian pasa por ser una de sus principales virtudes. “Es el futbolista del equipo con el que más hablo”, reconocía Pepe Mel cuando el pibe no pasaba por su mejor momento. Nada se compara a lo vivido en los últimos 11 meses.

En apenas dos partidos disputados este curso, Kirian acumula 99 minutos sobre el césped, cifra que aumentará este domingo, cuando el Villarreal B visite el Estadio de Gran Canaria. Salvo sorpresa, se cuenta con él como titular. “Está perfectamente”, confirman desde su entorno, dejando en unas simples molestias los motivos de su sustitución de ayer contra el Eibar.

Posición poco habitual.

Precisamente, Kirian ofreció ayer una exhibición de juego muy por encima de lo esperado tras acumular tanta inactividad. Lo hizo además jugando, durante muchos minutos, por delante de la defensa, que tampoco es que su posición más habitual. Los números, además, avalan las excelentes sensaciones que ofreció el centrocampista tinerfeño. Combinó hasta 22 veces con Viera, lo que garantizaba el éxito de Las Palmas. Apenas perdió tres balones y recuperó nueve, elemento básico en dicha ubicación, y pudo interceptar seis pelotas, haciéndose por tanto colosal también en defensa.

De los 10 duelos ofensivos en los que vio envuelto ganó seis. Igualmente, dio una lección con el cuero en los pies a la hora de buscar a sus compañeros. Ya advirtió su entrenador que nunca se arruga, siempre un elemento diferencial a la hora de sacar el balón jugado, como así lo demostrara ayer el hecho de que solo Álex Suárez diera más pases hacia delante, 17, que él, 12. De hecho, sobre el césped de Ipurua conectó con acierto con sus compañeros en 69 de las 76 veces intentadas, un 90,79% de acierto. Siempre pide la pelota, nunca deja de ofrecerse, en ningún momento se arruga. Así es la ambición del ‘caradura’ de Las Palmas. Jugar de nuevo en el Estadio de Gran Canaria terminará de completar su más complicado círculo vital. Lo bueno se hizo esperar.