Joseba Ituarte, un ex pepinero campeón histórico de la liga china
El ex preparador de porteros del Leganés ha ganado el torneo más complejo de los últimos años con el Wuhan. Las restricciones COVID y su supresión casi arrasan la liga.
Joseba Ituarte conversa por vídeo llamada desde el comedor de su casa, en el barrio de los Frailes, en Leganés. Aquí echó raíces en 2018, cuando Txema Indias lo fichó para formar parte del cuerpo técnico de Pellegrino, que llegó sin preparador de portero a Butarque. Pese a que su etapa como pepinero terminó hace ya dos años y medio, este guipuzcano y su familia se han asentado al sur de la capital. El descenso a Segunda se lo llevó por delante, pero la ciudad le gustó tanto, que decidió hacer de ella su campamento base. Después ha tenido aventuras en Girona y el Wuhan Three Towns, con el que se proclamó histórico campeón de la Super-Liga China el pasado 30 de diciembre. Nunca antes había levantado el trofeo un recién ascendido. Eso le hace feliz. Aunque su sonrisa durante la charla quizá es más cosa gastronómica que deportiva. Joseba habla con As mientras degusta un poco de jamón serrano, algo de aguacate y una cerveza de una famosa marca granadina. “Esto es vida”, se carcajea.
“Acabo de llegar y es lo primero que he pedido. Lo echaba mucho de menos”, repite luciendo su tradicional barba blanca, mientras mezcla sonrisas con el relato de una temporada dura, durísima. La ha sufrido (literal) a miles de kilómetros de su casa y zambullido en las autoritarias normas chinas de COVID cero, ésas que hace poco menos de un mes saltaron por los aires por las protestas en el país asiático. Ahora el boom de casos chino mantiene en vilo a todo el planeta. Otra vez. La experiencia de Joseba, además, tiene doble valor porque el Three Towns, en el que se enroló hace un año, es el equipo de la ciudad considerada zona cero mundial del COVID. En Wuhan empezó todo.
“Ha sido todo muy complicado. Una prueba mental constante”, admite. “La liga china ha sido sometida a controles durísimos por órdenes del Gobierno chino mientras el resto de competiciones del planeta caminaba ya hacia la normalidad”, añade. Tanto es así que su comienzo fue atípico con una “falta de libertad” propia de regímenes totalitarios.
Una burbuja infinita de 60 días
“Al principio dividieron la liga en grupos de seis equipos y nos metieron a todos los participantes de cada grupo en un hotel que sólo compartíamos con los árbitros y el personal que trabajaba allí. No podíamos salir más que a entrenar. Jugábamos en una sede única. Fueron 60 días jodidos”, cuenta sin cortarse. “Luego la cosa se empezó a relajar. Y menos mal… ya pudimos jugar partidos fuera y dentro de casa, pero sin público y sin poder salir del hotel de concentración. Sólo nos dejaban algo de libertad al final, en otoño. Y aún así, con PCR’s a diario. Una locura… hasta que todo reventó por los aires en diciembre. Las protestas hicieron que el Gobierno levantase las restricciones y se vivió otra locura mayor aún”, añade.
Una liga en peligro
Precisamente el paso de la política de COVID cero a la libertad casi total provocó que la liga china peligrara. “Empezó a haber positivos por todas partes. Nuestro equipo al completo se contagió. Pero la liga impuso que se terminara sí o sí antes del 31 de diciembre porque en esa fecha terminaban la mayoría de los contratos”, describe Joseba. La solución: “Sálvese quien pueda. Tenías que completar convocatorias con los sub-21, los sub-19… fue un poco caos”, se sincera. De hecho, el Wuhan no jugó su último partido. La incomparecencia del rival por casos de COVID hizo que el equipo se proclamara campéon de esta manera tan poco ortodoxa.
Título sorprendente “aunque no demasiado”. “Es verdad que en la historia del fútbol de élite sólo dos equipos en todo el mundo habían logrado la gesta de ser campeones en la temporada que se estrenaban en la Primera División de sus países: el Ludogorets y el Kaiserlauten. Nosotros somos los terceros, claro que con uno de los presupuestos más altos de la liga china, el sexto así. Si a eso le unes que el club es serio y paga en forma y tiempo pese a la crisis que vive el país, no era descabellado pensar que tendríamos opciones”, desgrana.
Raíces españolas
El primer equipo Three Towns Wuhan nació hace poco menos de un lustro como continuación de la academia que el club tenía en Barcelona y Girona, con la que formaban niños chinos para categorías inferiores. Con el fin de darles salida, se gestó este conjunto que ha engarzado cuatro ascensos consecutivos, y en todos como campeones de sus divisiones.
Precisamente esa relación con LaLiga es la que ha propiciado una alta presencia de españoles en su cuerpo técnico. “Pedro Morilla es el entrenador y Roberto Ríos, un referente en el Athletic y Betis de los 90, es el segundo. También tenemos José Antonio Gordillo, Dani Carmona… Además, hay dos chicos más españoles: Carlos el preparador físico y Marcos, un chaval más que está de fisio”, describe.
Todos han quedado renovados automáticamente por un año después de haber ganado un título complejo y reconfortante. Ahora Joseba cogerá fuerzas en Leganés al tiempo que aprovechará para ver algún partido de los pepineros, equipo del que, admite, se siente aficionado desde que sus caminos se cruzaron hace ya cuatro años y medio. Un periodo largo aunque no tanto como se le han hecho estos últimos doce meses en China, país del que ha salido campeón y algo más que una experiencia profesional que llevarse a la buchaca de la vida.