Jofre acepta el reto de Pol Lozano: “Si subimos, me tatuaré la fecha”
“Es un sueño, lo que llevaba buscando de muy pequeño”, reconoce el extremo, quien nueve años después de llegar al Espanyol obtiene dorsal y ficha del primer equipo, en un emotivo acto.
Si los fichajes son presentados con relumbrón, no menos importancia merecen los futbolistas que desde el fútbol base ascienden hasta el primer equipo. Y más, en un club que pretende recuperar la esencia de su cantera como el Espanyol. Así se escenificó este miércoles con Jofre Carreras, presentado como jugador profesional a todos los efectos en el auditorio de la Ciudad Deportiva Dani Jarque, donde se ha criado, y envuelto en ilustres de la entidad.
Porque al evento, al que asistió en primera fila su madre, Cristina, no faltaron ni compañeros suyos de trayecto como Nico Melamed, Pol Lozano o Joan García, ni los responsables del Espanyol, como Mao Ye Wu, Fran Garagarza y Mikel Azparren, así como tampoco el entrenador, Luis García, Tommy N’Kono o embajadores como Rafa Marañón, Joan Capdevila o Raúl Longhi. Incluso el expresidente Dani Sánchez Llibre acudió a un acto ideado y moderado por Carles Casanova, figura capital en la cantera perica.
Fue precisamente uno de esos asistentes, su amigo Pol Lozano, quien espontáneamente lanzó una pregunta: “¿Qué apuesta personal harías en caso de ascenso?”, a lo que Jofre respondió: “Me da igual, quizá el pelo de un color o lo que sea”, Y acabó concretando: “Un tatuaje con la fecha”.
No en vano, el extremo, de 22 años y que llegó al Espanyol en 2014, siendo infantil, procedente del Girona, reconoció: “Sueño con subir y con ser jugador en Primera con el Espanyol. Y, como todos los jugadores, sueño con ganar títulos”. “La temporada pasada no me podía imaginar estar ahora mismo en esta situación”, asumió. “El presente y el futuro son ilusionantes. Es un sueño, lo que llevaba buscando desde muy pequeño”, remachó.
“Esta es mi casa. Me he formado aquí, he crecido aquí. Lo pasé un poco mal al principio por estar lejos de la familia, pero maduré y trabajé para llegar”, repasó Jofre, quien admitió que no tuvo un año fácil en el Mirandés, cedido la pasada campaña, en gran medida por la defunción de su padre. “Desde que no está, cada día pienso en él. Va por él, por mi madre, no han sido tiempos fáciles”, comentó, emocionado.
Considera el canterano que, en las diez semanas que lleva a las órdenes de Luis García, ha aprendido a entender mejor el juego y a manejarse en función de lo que hace el rival. “Me enfrenté a Luis en juveniles, lo conocía de la Damm, donde hacía un fútbol bonito”, declaró.
“Él es quien lo ha merecido”, subrayó el actual director deportivo, Fran Garagarza, quien añadió que “los chicos dan pasos, nosotros les guiamos, no es cuestión de que apostemos sino de empujar. Se lo ha ganado él. El mensaje es que se crea que es cien por cien jugador del primer equipo”. “Tenemos que apostar por la cantera, no nos va a temblar el pulso”, sentenció Garagarza, envuelto en el auditorio por las fotografías y nombres de todos los canteranos que, a lo largo de las décadas, han ido debutando con el primer equipo. Como Jofre. Dorsal 17. Y con un tatuaje en ciernes.