Iván Azón-Giuliano, la pareja más esperada
El zaragocismo confía en que Carcedo se anime a juntarlos en la punta del ataque, mientras se pregunta qué pasa con Gueye, el fichaje estrella de Torrecilla.
La reaparición de Iván Azón un mes y medio después de su lesión de rodilla en la pretemporada supone una de las mejores noticias para el Real Zaragoza, que logró anoche una merecida victoria frente al Sporting en La Romareda que le ha propulsado hasta la mitad de la tabla. Y es que el regreso del ariete aragonés, al que Carcedo le dio los últimos ocho minutos del partido, unidos a un largo descuento, amplía notablemente las posibilidades de ataque de un equipo al que le sigue costando aprovechar sus ocasiones: sólo cuatro goles en seis jornadas.
¿Se animará Carcedo a juntar a Azón y a Giuliano en la delantera? Esa es la pregunta que se hacen ahora miles de zaragocistas antes de formularse la siguiente: ¿Qué pasa con Gueye, el fichaje estrella de Torrecilla para acabar con el alarmante déficit goleador de las dos últimas campañas?
La sociedad Giuliano-Azón supondría, para empezar, un cambio de sistema, pasando del 4-2-3-1 al 4-4-2, lo que no debería significar una renuncia para Carcedo y su particular librillo, sino el mejor aprovechamiento de sus mejores futbolistas, de aquellos que comprometen de verdad a las defensas rivales con su entusiasmo, su fe inquebrantable y su agitación contante, además de su demostrada eficacia ante el gol. Iván Azón y el ‘Cholito’ son complementarios –potencia y velocidad- y se mejorarían el uno al otro en beneficio del Zaragoza, que se convertiría en un bloque más incisivo y, sobre todo, más vertical.
Carcedo tiene como divisa el fútbol control, con posesiones largas y contención de riesgos con muchos pases horizontales, y el gran salto del Zaragoza pasa por un punto más de valentía en sus planteamientos, especialmente en los partidos de La Romareda. Porque es absolutamente imprescindible incrementar el porcentaje de goles por partido, si se pretende pelear hasta el final por alcanzar el ‘playoff’, lo que ahora exige el doblado límite salarial del club aragonés.
Iván Azón va a necesitar todavía alguna semana más de rodaje y puesta a punto, pero su sociedad con Giuliano es, sin duda, la más esperada en el Zaragoza. Y la más deseada por una afición que tiene como ídolos principales a dos chicos de 19 años con ganas de comerse el mundo, a los que se suman otros agitadores como Mollejo, providencial frente al Sporting, o Puche.
Y llegados a este punto de la temporada, con tres jornadas ya desde el cierre del mercado, el zaragocismo se pregunta también qué sucede con Pape Gueye, al que Carcedo no ha dado un minuto frente a la Ponferradina y el Sporting, pese a haberlo hecho debutar ante el Lugo cuando apenas llevaba cinco días en Zaragoza. O el gigante senegalés llegó del Oostende muy justo de condición física, lo que aún explicaría menos su apresurado estreno, o Carcedo lo ve por detrás de todos los atacantes de la plantilla. Y eso que Torrecilla, que lo conocía de su etapa como director deportivo en el Waasland-Beveren belga, lo fichó como bandera de este proyecto, al caerse enseguida Camello, que era el primer objetivo. Las próximas jornadas servirán para salir de dudas…