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REAL ZARAGOZA

Insignia de oro y brillantes para el doctor Villanueva

Emotivo homenaje en los prolegómenos del partido al que fue médico del Real Zaragoza durante 32 años y medio (1982-2014).

Zaragoza
Jesús Villanueva saluda, tras recibir la insignia de oro y brillantes.
CIERZO VISUAL

El Real Zaragoza ha homenajeado en los prolegómenos del partido al doctor Jesús Villanueva por sus 32 años de servicio al club (1982-2014), una dedicación sólo a la altura de otros zaragocistas de leyenda, como Benjamín Simón, Andrés Lerín, Andrés Magallón, Julián Díaz, Enrique Pelegrín, Avelino Chaves o Paco Checa. El reconocimiento ha constado de un primer acto en el antepalco del estadio, donde Villanueva ha estado acompañado por su mujer, sus tres hijos y sus seis nietos, y por la imposición después, y en medio de una gran ovación, de la insignia de oro y brillantes del Zaragoza en el mismo césped de La Romareda por parte del director general Raúl Sanllehí y de Óscar Luis Celada, ex jugador y ex médico del Zaragoza y ahora jefe de los servicios médicos del Atlético de Madrid.

Los ex presidentes Miguel Beltrán y Eduardo Bandrés, además de Víctor Fernández, Pedro Herrera, Luis Costa, Ander Garitano, Xavi Aguado, Alberto Belsué, Andoni Cedrún o Paco Checa no han faltado en el palco de La Romareda para acompañar a Jesús Villanueva en este día tan señalado y casi una década después de su salida de la entidad.

Jesús Villanueva Nieto nació el 6 de abril de 1949 en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, aunque pasó toda su infancia y parte de su juventud en Salamanca, antes de licenciarse y doctorarse en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, ciudad en la que decidió establecerse a la finalización de sus estudios y a su incorporación a la cátedra de Fisiología y Bioquímica, un desempeño profesional que compatibilizó con el arbitraje.

El 1 de junio de 1982 recibió una propuesta del presidente Armando Sisqués para incorporarse como ayudante del doctor Enrique Pelegrín, al que sucedió en marzo de 1990 al frente de los servicios médicos del Real Zaragoza, y su destino cambió por completo. Y tuvo el privilegio de tratar a 326 jugadores, 22 entrenadores y 12 presidentes, además de numerosos directivos y empleados.