Idiakez agita la pizarra del Leganés
Ante el Oviedo tiró de un once más conservador y cambió el 4-3-3. El naufragio del Tartiere genera dudas del modelo para Lugo.
Imanol Idiakez, entrenador del Leganés, volteó el pasado domingo su pizarra para jugar ante el Oviedo con un dibujo de partida totalmente distinto al que ha venido usando en los últimos partidos y durante la mayor parte de la pretemporada. El guipuzcoano sorprendió deslizando por primera vez sobre el verde un 4-2-3-1 que a veces mutaba en 4-4-2 y que apenas tuvo oportunidad de ser el 4-3-3 con el que el técnico ha trabajado desde que cogió las riendas del equipo. Y eso pese a que la espina dorsal del equipo se mantuvo en la alineación.
En el Principado, Idiakez sostuvo al Leganés con dos medios centros (Pardo y Perea) acompañados de cerca por un Cissé que inició de media punta y dos hombres de banda que se transformaron en interiores, como Arnáiz y Miramón. Con respecto a la primera jornada cambió la presencia de Gaku (Perea fue el reemplazo) y de Naim (Miramón jugó en su puesto). Ambos aportan un perfil más ofensivo para un Leganés que, con el transcurrir de los minutos, acabó la primera parte sin apenas sobrepasar la medular y llamativamente volcado en el costado zurdo, como muestra el gráfico de posiciones medias de los pepineros en la primera parte.
La corrección de posiciones que ejecutó Idiakez tras el descanso permitió que el Leganés estirase líneas, separase futbolistas y compitiera más cerca del modelo que había ideado para el partido. Una clara mejoría que se notó en el juego y también en las estadísticas. Si en la primera parte el Lega remató solo una vez (y no entre palos) en la segunda al menos lo intentó tres veces, las mismas que intervino Dani Jiménez en la primera parte. En la segunda el arquero sólo tuvo que frenar una vez a los ovetenses. Una tendencia que saltó por los aires con el penalti del 1-0. Desde entonces, el Leganés perdió la hoja de ruta y los papeles.
Incógnitas para Lugo
La formación, unida a la elección de jugadores de perfil más defensivo y la ausencia de protagonismo salvo en el tramo final del encuentro, genera incógnitas sobre qué camino será el que escogerá el preparador de cara a la próxima salida en Lugo. Dijo el propio Idiakez en la previa de la visita a Asturias que su intención era mantener planteamientos tanto en Butarque como fuera, aunque también reconoció que las variables del juego (público, ambiente, emociones…) invitan a que cualquier equipo juegue con dos versiones: la de casa y la visitante.
“Se cambia mucho de casa a fuera. Es algo que no tiene explicación. Las dimensiones del campo son las mismas, el balón el mismo, el césped el mismo… pero el rendimiento varía. Nuestra idea será la misma. Cuenta el público, el factor emocional de la gente, que empuja al local… parece que no, pero cuenta”, explicó entonces. Está por ver si frente a los gallegos el técnico repetirá el modelo más ofensivo de la primera jornada o si, por el contrario, lucirá de nuevo alineación más arropada y blindada como sucedió en Oviedo.