Vicente Iborra, el último ejemplo de amor por los colores
El regreso del centrocampista de Moncada al Levante recuerda a los casos recientes de Lucas Pérez y Santi Cazorla, a los que se enfrentará esta temporada en Segunda.
En el mundo del fútbol, donde cada vez más prima el aspecto económico, existen casos que reconcilian a los aficionados con el sentir del público, que va más ligado a los sentimientos. “El corazón me habla y le tengo que escuchar”, escribió Vicente Iborra en su carta de despedida del Olympiakos, tras rechazar una importante oferta de renovación, ya con la mente puesta en el Levante. Desde que el centrocampista de Moncada se tuvo que marchar por las circunstancias económicas en el verano de 2023, cuando rozó el ascenso a Primera División con la yema de los dedos, por su cabeza solo pasaba regresar a la que considera su casa.
Sin ascenso, el destino de Iborra estaba lejos de Orriols ante la imposibilidad de poder acometer su fichaje tras desvincularse del Villarreal debido al Fair Play Financiero. Por ello, el mediocentro valenciano optó por la vía griega para seguir su carrera, firmando únicamente por una temporada con el Olympiakos, con el que alzó su quinto título continental (cuatro Europa Leagues, tres con el Sevilla y una con el Villarreal, y una Conference League).
Pese a su éxito en tierras helenas y con una oferta de renovación muy superior en lo económico, Iborra tan solo contemplaba su regreso al Levante como el siguiente paso en su carrera, que ya vive sus últimos coletazos a sus 36 años. Esta vez, debido a su edad, el complicado marcaje económico de LaLiga ha dado un respiro al conjunto granota y, especialmente, a los deseos del hijo pródigo levantinista.
De conseguir un título europeo, a bajar al barro para competir con el equipo de su vida en Segunda División, el regreso de Iborra al Levante recuerda a los casos recientes de Lucas Pérez y Santi Cazorla, con los que compartirá categoría, que optaron por hacer caso al corazón en un mundo, el del fútbol, donde cada vez más prima lo económico.
En enero de 2023, Lucas Pérez dejó el Cádiz en Primera División para volver al Deportivo de la Coruña, que militaba en Primera RFEF, en busca de un regreso al fútbol profesional que ha conseguido año y medio después. Con 34 años, el delantero abandonó la máxima competición del fútbol español, bajando dos categorías y pagando de su bolsillo una parte importante del traspaso, para liderar el ansiado ascenso de un histórico del fútbol nacional.
Caso similar al de Santi Cazorla, salvando las distancias, que regresó al Oviedo, donde nunca había jugado a nivel profesional pese a crecer futbolísticamente en su estructura antes de que el Villarreal le echase el lazo en su etapa de Juvenil, para cerrar el círculo de una exitosa carrera. Tras finalizar su experiencia en Qatar, que se prolongó durante tres años naturales, de 2020 a 2023, Cazorla volvió al equipo de su tierra en una temporada que podría haber sido histórica en caso de haber conseguido el ascenso a Primera, frustrado en la final del playoff frente al Espanyol. Desde 2001, el conjunto ovetense no milita en la élite nacional.
Se trata, en definitiva, de jugadores que volaron alto en sus carreras y que apostaron por dejar a un lado el dinero y poner el broche de sus brillantes trayectorias en el club de su vida. Los tres se verán las caras esta temporada en Segunda División luciendo los colores que aman. Vicente Iborra es el último ejemplo.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.