Huesca - Leganés, un duelo por el Zamora entre Álvaro Fernández y Diego Conde
El pepinero lidera la clasificación de guardameta menos goleado del curso con el meta azulgrana muy cerca. Ambos protagonizan historias de redención con sus equipos.
Huesca y Leganés se verán las caras el próximo domingo (El Alcoraz, 14:00) en un duelo que se explica más desde el hormigón que desde la pólvora. Desde la defensa que desde el ataque. Frente a frente, los dos conjuntos menos goleados del campeonato. A los locales les han hecho 23 goles. A los visitantes, apenas 21. Ocurre que esa sublimación de la retaguardia la representan como pocos sus dos porteros, también en la pugna por conocer quién será el ganador del premio al portero menos goleado del curso. Álvaro Fernández frente a Diego Conde. Pugna de guantes de acero.
Por ahora, la batalla por el Zamora (que conceden nuestros compañeros de Marca) la lidera el propio Conde, que ha encajado 20 goles en 30 partidos disputados. Su coeficiente es de 0,67 frente al coeficiente 0,70 de Álvaro, que ha encajado 23 goles en 33 partidos disputados. Cabe recordar que para optar a este premio, se deben haber disputado al menos 28 partidos y haber jugado durante 60 minutos durante todos estos encuentros. Los dos protagonistas comparten este criterio. Lejos de ellos emerge la candidatura de Leo Román, del Oviedo (coeficiente 0,88). Lo normal es que se convierta en una pugna entre los dos guardarredes que se verán las caras el domingo.
Ambos comparten, además, historias de redención en esta temporada de trayectorias colectivas diferentes. Porque el Huesca de Álvaro Fernández aspira, como máximo, a salvar la categoría. Y no es poco. De hecho, buena parte del mérito que tendrá este curso la continuidad en Segunda de los oscenses será culpa de este futbolista de Arnedo (La Rioja), estrella de su equipo por delante de cualquier otra posición. No es lo habitual en un arquero.
Pero con Álvaro, no resulta llamativo. Sus 82 paradas este curso lo convierten en el quinto guardameta que más interviene del campeonato. Es decir, que a Álvaro le tiran mucho, pero le meten poco. Diego Conde protagoniza un caso diferente, toda vez que su defensa lo arropa mucho más. El madrileño ha tenido que intervenir en 68 ocasiones, aunque la mayoría de ellas han sido siempre con tintes épicos.
El retorno de un internacional absoluto
Sus casos se entrecruzan. Ambos son protagonistas de sendos retornos por la puerta grande. Álvaro regresó tras dos cesiones al Huesca. Primero, en la Premier con el Brentford y en Primera con el Espanyol, pero ninguno de los dos equipos se decidió a ejecutar las opciones de compra que tuvieron. El meta decidió dar un paso atrás para reflotar su carrera y el tiempo le ha dado la razón.
Antonio Hidalgo ha montado un proyecto a su alrededor. Desde el cambio de entrenador el Huesca solo ha recibido 12 goles en 24 partidos. En ese periodo ha estado 795 minutos imbatido, el mejor registro de esta temporada en Segunda. Además, lleva 16 porterías a cero y está a solo un partido de Andrés Fernández, que tiene el récord en el Huesca con 17 en la temporada 21-22.
Precisamente, Andrés Fernández es el único Zamora que tiene el Huesca en su historia, en la temporada 2010-2011. Guarismos que hacen de Álvaro carne de mercado estival, donde incluso podrá aportar que ya ha sido internacional absoluto con España. Jugó en 2021 un amistoso ante Lituania que no pudo disputar el combinado de Luis Enrique por un caso de COVID. Le suplió la sub-21 de Luis de la Fuente y ahí debutó Álvaro. El partido, por cierto, se jugó en Butarque. Curioso.
Redención a golpe de milagro
Es el estadio del Leganés el espacio en el que se ha convertido en ídolo inesperado Diego Conde. El madrileño retornó a Leganés después de haber sido tercer arquero pepinero en la 20-21, el curso del retorno blanquiazul a Segunda. Entonces sólo disputó tres partidos. El club trató de retenerlo, pero prefirió probar suerte en Primera, en un Getafe donde fue anecdótico: un partido en dos temporadas. Suficiente para que Diego, como le sucedió a Álvaro, decidiera dar un paso atrás y retornar a Segunda.
El Leganés lo fichó cuando no fue el equipo que más apostó por él. Un Oviedo enamorado de sus virtudes puso más dinero, pero él ya había dado su palabra a Txema Indias, director deportivo blanquiazul, de que retornaría. Indias le venía regalando cariño desde su primera etapa en Butarque. Funcionó. Claro que no inició la temporada de titular. De hecho, su pretemporada fue gris. Dani Jiménez se hizo con el puesto, sólo que una inoportuna lesión (como la temporada pasada) lo apartó del puesto durante partido y medio. Suficiente para que Diego agarrara la meta y no la soltara desde entonces.
Su aura de Superman recurrente ya ha enraizado al sur de la capital, donde no sorprende verle ejercer milagros jornada tras jornada. Su porcentaje de acierto en paradas (77,27%) le ha llevado a reducir en un 25% los tantos que debería haber recibido. Ha encajado 20, pero la estadística de goles esperados dice que deberían haber sido 25.
Todo en una temporada con 14 jornadas sin encajar y un máximo de dos goles recibido en un solo partido. Su contrato termina en 2025, pero ya emergen por las gradas de Butarque el interés de equipos españoles y extranjeros que se están fijando en sus virtudes. Un hipotético ascenso a la élite podría cerrar de golpe cualquier opción de salir del Leganés.
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