Hay luz al final del túnel
El empate ante el Tenerife sabe a nada para un Espanyol que demostró valentía y ambición, pero al que los errores defensivos le siguen costando puntos.
El Espanyol amaneció este domingo con sensación agridulce. El empate contra el Tenerife (1-1) impide al conjunto perico seguir catapultándose en la clasificación, pero lo que antes era celebrado y dado por bueno, ahora se convierte en rabia. El ambiente en el vestuario perico es otro desde la llegada de Manolo González y perder dos puntos, en casa, ante el Tenerife fue un pullazo que puede servir para el presente más inmediato y creer que el ascenso directo es posible. Restan diez jornadas de Liga (30 puntos) y el Leganés, líder, está a seis. Una distancia que no se ve tan lejana con las sensaciones que desprende el bloque perico últimamente y, además, toca tener en cuenta que dentro de tres jornadas el Espanyol visitará a los pepineros.
Pero no se pierden dos puntos en un partido de la nada y el Espanyol debe hacer autocrítica por el gol, de córner, recibido. José Gragera, que hizo el 1-0, explicó que “nos pasa otra vez un poco lo mismo que nos lleva pasando toda la temporada. Habíamos conseguido algo muy importante la pasada jornada, aguantar el resultado con el Zaragoza (0-1), y esta vez se nos complica en casa. Insatisfecho porque al final no podemos llevarnos los tres puntos, que es lo importante”. La sensación que imperó tras el duelo fue de oportunidad perdida de seguir afianzando su posición de equipo candidato al ascenso directo y el mediocentro no dudó: “Queda mucho, muchos partidos y puntos en juego, pero hay que dejar de desaprovechar este tipo de oportunidades porque al final nos va a pasar factura”.
La defensa del balón parado, sin duda, está siendo una asignatura pendiente del Espanyol este curso y lo peor es que le está costando puntos. Ya ha recibido diez goles y el de Sergio, del Tenerife, mostró las costuras. Remató sin oposición dentro del área pequeña y lo hizo en el minuto 89, con lo que colocar la tirita a esa herida ya fue misión imposible. “Es algo que tenemos que mejorar porque nos está perjudicando a la hora de conseguir unos puntos vitales. Debemos estar muy centrados en lo que queda porque nos estamos jugando mucho, defender mejor porque nos va la vida”, apostilló Gragera. El aspecto positivo y algo a lo que agarrarse es que el vestuario está con ganas ya de que llegue el próximo partido (el viernes día 29 en Burgos). “Tuvimos ocasiones para sentenciar el partido. Debimos ser más contundentes y si queremos subir a Primera hemos de ser más autocríticos en defensa y en ataque, y sobre todo, en el balón parado en el 90′ nos ha de ir la vida, no nos pueden hacer gol”. Aprendizaje para un presente en el que cada punto perdido te aleja del objetivo principal, que es el ascenso directo.
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