Gasolina justa, ilusión máxima
El Leganés llega a los últimos cuatro partidos agotado en su once más usado, que ya suma más minutos que en el total de dos de las últimas tres temporadas. Toca rotar.
Borja Jiménez tomó asiento en la sala de prensa de la Instalación Deportiva Butarque sabiendo cual sería la primera pregunta que le harían. No, no es que tenga poderes. Tradición se llama. A falta de partes médicos oficiales (suelen aparecer sólo en casos contados, ocasiones graves, casi siempre) desde hace ya años los entrenadores del Leganés tienen que responder a una primera duda por parte de los periodistas: “¿Cuáles serán las bajas para este partido?”.
Una pregunta que en las últimas semanas el preparador del Leganés no responde de forma abierta. Borja es honesto. Por eso, en lugar de mentir (esta temporada en una ocasión rozó ese juego, no le gustó y lo abandonó) y tras pedir perdón, desliza información liviana… y ya. Cero nombres. El técnico abulense admite que lo hace por no dar pistas al rival. Una reflexión bastante transversal a otros banquillos en un fútbol cada vez más obsesivo con las filtraciones. Con el juego de datos previo a cada choque.
Para la visita al Albacete de este domingo (Carlos Belmonte, 18:30), la respuesta de Borja siguió la misma línea. “Ya sabéis que últimamente no os doy las bajas y eso no va a cambiar. Creo que recuperamos a alguno que no estuvo la semana pasada y es probable que perdamos a gente que la semana pasada estuvo”, comentó. Su referencia desliza, sin proporcionar nombres concretos, una realidad: este Leganés llega al final de temporada con el agotamiento haciendo mella en buena parte de una columna vertebral que, a lo largo de la temporada, ha estado especialmente suprautilizada.
Un once por encima de los 2.000 minutos
Porque la pizarra del Leganés ha sido, hasta ahora, de escasos movimientos. Los mismos siempre salvo que alguna variación funcionase, momento en el que ha convertido en rutina para repetir utilización constante. El ejemplo de esto último es Juan Cruz, readaptado como carrilero derecho. Lo que inicialmente fue un parche momentáneo para un partido (Amorebieta) se hizo rutina, más aún con la baja de Miramón.
El caso es que el resto del once blanquiazul sale de carrerilla porque ha jugado mucho, por encima de la media teniendo en cuenta otras temporadas. En el actual curso, los once futbolistas con más minutos del Leganés ya acumulan 27.806 minutos, todo salvo uno (Nyom, con 1.992 minutos) con más de 2.000′ disputados ya a estas alturas de temporada y con todavía cuatro encuentros por jugarse.
En las últimas cuatro temporadas, desde el descenso del Leganés a Segunda, es la frontera más alta de minutos para este once más utilizado. Dicho de otra forma, en esos once jugadores de esas temporadas anteriores siempre había algún integrante por debajo de los 2.000 minutos. Esta campaña no los habrá.
De hecho, en el actual curso esos once hombres más utilizados ha superado ya los números totales del once más empleado en la campaña 2021-2022 (24.222 minutos) y en la 2020-2021 (26.328 minutos). Lo normal es que también sobrepase el número totales de minutos del once más usado el curso pasado (28.644 minutos).
Problemas físicos
Ese equipo más usado de este curso está formado (en orden de más a menos minutos) por Sergio González, Franquesa, Diego Conde, Jorge Sáenz, Diego García, Yvan Neyou, Iker Undabarrena, Portillo, Dani Raba y Miguel de la Fuente.
De ellos, Iker Undabarrena es duda para estar en el Belmonte debido a una lesión que lo ha dejado fuera en las últimas jornadas. “Iker todavía tiene alguna molestia. No sabemos si aparecerá el domingo”, comentaba Borja Jiménez en la previa. También venían arrastrando molestias en las últimas jornadas Sergio González, Neyou (descansó en Elda por sanción) y Dani Raba. A ello hay que añadir que Miguel de la Fuente no jugará por sanción.
Rotaciones de meritorios
Problemas derivados de una temporada larga y exigente que ha empezado a dar cabida en el once a jugadores que habían sido importantes al inicio de curso, pero que desaparecieron. Piezas como Cissé, Chicco o Miramón empiezan a ser habituales en el once.
Otros como Ureña, Darko o Djouahra vuelven a pedir turno desde el banquillo para sofocar el agotamiento de un líder que, sin embargo, llega al tramo final de temporada exultante ante la cercanía del sueño del ascenso directo. Y como el fútbol es un estado de ánimo, en la victoria seguramente el cansancio se notará menos que con un panorama diferente.
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