Gaizka Garitano se encuentra en el 4-4-2

Gaizka Garitano parece haber dado con la tecla. Su equipo poco a poco mejora en el terreno de juego y sale de un bache del cual parecía complicado abandonar. Después de sumar seis puntos de nueve posibles, el cuadro gaditano venció el pasado fin de semana al Real Zaragoza en un partido que, exceptuando los minutos finales, fue positivo. Todo ello, sin sus dos piezas clave: Javier Ontiveros y Suso Fernández.

Para contextualizar lo primero es tener claro que el Cádiz, con sus mejores futbolistas en el verde, se ha llegado a colocar primero en la categoría. Suerte o no suerte, los pupilos del vasco eran un conjunto rocoso, fiel defensivamente, incómodo y un rival difícil si se ponía por delante. Sin embargo, las seis jornadas consecutivas sin ganar —tres puntos de 18 posibles— y las remontadas de los rivales en las últimas jornadas en casa, hacían estragos. Por ello, la solución del vasco ha sido decantar la balanza hacia su estilo y buscar el camino de la victoria con sus herramientas ya conocidas.

A pesar de que el equipo perdió ante el Racing en casa por 2-3, en un partido donde los amarillos vencía por 2-0 en la primera mitad, las sensaciones ya eran diferentes. Lo fueron en Córdoba, cuando el pasado 30 de noviembre Garitano puso sobre el verde un 4-4-2 con Roger Martí y Dawda Camara en el ataque. Aunque no fue la mejor primera mitad de la temporada, la efectividad y la gestión del resultado pusieron en la mesa el camino de la victoria, el cual ayudaba a las sensaciones para afrontar el duelo ante el Racing.

Por consecuencia, los últimos encuentros el vasco ha utilizado el 4-4-2 que hasta el momento le ha funcionado. Y no solo en resultados, sino en juego. Además de ser un equipo que se encuentra mejor con balón, recupera en campo rival, está mejor posicionado cuando pierde y se ha convertido en un equipo más profundo gracias a José Antonio de la Rosa y la capacidad de pisar campo rival de Climent y la interiorización de Brian Ocampo en ataque.

También el trabajo de la primera línea de presión entre Roger y Dawda, quienes se entienden a la perfección y se complementan el uno al otro. A todo ello, se une que los gaditanos han dado un paso hacia delante en el peor momento, muestra de que han revertido la situación y las aguas se han calmado.

Todo ello, llega cuando Javier Ontiveros —ya recuperado— ha estado ausente a la vez que Suso. Aunque el marbellí ha sido intermitente y poco a poco debe ir entrando, el fichaje líder de esta temporada había jugado casi todo. Por ende, lo que ha cambiado es un sistema inicial que complica el encaje de ambos jugadores.

No obstante, será tarea de Gaizka Garitano en poner sobre el verde a dos de los mejores jugadores de la categoría. No solo de este, sino de ambos, quienes a lo mejor tienen que dar su brazo a torcer y ponerse, aún más, el mono de trabajo. Todo en beneficio del conjunto. Se suma la gestión de grupo, donde la pieza más cambiable parece la de Brian Ocampo y no tanto otras. Ejemplo claro es el gran nivel de De la Rosa, pieza fundamental actualmente en el sistema del vasco por su aportación, profundidad y compromiso.

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