Examen de septiembre en Riazor
Un Deportivo en descenso que no termina de arrancar, recibe a un Burgos en playoff e invicto a domicilio. No se enfrentaban hace 42 años.
Septiembre es un mes que siempre se asocia a exámenes, a exámenes de los malos estudiantes que se han dejado en la gatera asignaturas pendientes. Aunque para el mundo del fútbol suele ser un mes muy temprano para juicios, el Deportivo acude esta tarde a Riazor (18:30 horas) con la obligación de recuperar el terreno perdido sacando una buena nota. Con el equipo en descenso, la necesidad de puntos es evidente. A ellos se suma las dudas que empieza a suscitar la apuesta de Idiakez, que no termina de cuadrar sus piezas y en la que los numerosos fichajes son actores secundarios. Todo lo contrario ocurre con el Burgos, que aterriza en A Coruña situado a un puntito del liderato tras derrotar de forma consecutiva a Huesca y Zaragoza con portería a cero, invicto a domicilio y con una tropa que tiene muy claras las ideas de Bolo (sigue en directo el partido en As.com).
Al margen de las urgencias, será un duelo con sabor vintage entre dos clubes que no se ven las caras desde hace 42 años. De tiempos de otro fútbol de barro, romanticismo y horarios tradicionales. Aquella última cita fue en abril de 1982 a las puertas del Mundial de España y, como ahora, con los dos equipos en Segunda. Una de las sedes, como ocurrirá en 2030, fue Riazor, el arma a la que se quiere agarrar el Deportivo para despegar. Después de dos salidas consecutivas con un empate en Granada (1-1) y una decepcionante derrota en Córdoba (2-0), los blanquiazules buscarán el amparo de una afición entregada a la causa para volver a encontrarse con el triunfo. Igual de ilusión mostrarán los más de 600 aficionados burgaleses que estarán en la grada esperando ver un gran partido de poder a poder y guante blanco, ya que se enfrentan los dos equipos que menos faltan comenten en Segunda.
El once que elegirá Idiakez para llegar a meta es una incógnita complicada de descifrar, aunque parece que no habrá muchos movimientos en un equipo que ofrece más de lo que recauda por sus graves errores en ambas áreas, las dos asignaturas pendientes de septiembre. El técnico avisa que se volverá a ver “un Deportivo valiente”, lo que es sinónimo de que sus cuatro magníficos (Yeremay, Lucas Pérez, Mella y Soriano) seguirán en el once. El gran quebradero de cabeza, con daños colaterales en el centro del campo, está en el flanco izquierdo de la defensa. La posible titularidad de Obrador, único lateral zurdo disponible, parece que tendrá que esperar, aunque Barcia tiene opciones de relevar aun Pablo Martínez que no ha comenzado en su mejor nivel,
Iñigo Córdoba, baja de última hora
Bolo, por su parte, va conformando el equipo tras la llegada en el límite del mercado estival de hasta cinco refuerzos, de los cuales ya ha hecho debutar a cuatro de ellos. Para este encuentro no podrá contar con López-Pinto ni con Íñigo Córdoba, uno de los jugadores más en forma, al caer lesionado en el último entrenamiento. No se prevén cambios sustanciales en el equipo a la vista del buen comienzo que han tenido los blanquinegros, salvo el recambio obligado del extremo vizcaíno.
A diferencia de la temporada pasada, en la que a los de Bolo se les atragantaban los partidos lejos de El Plantío, este año se muestra como un equipo atrevido con mucha pólvora en la delantera con un Sancris que ha tenido un comienzo de temporada espectacular. La calidad de Curro y la finalización de Fer Niño o Edu Espiau hacen del equipo castellano un rival peligroso. La clave va a estar en saber mantener por tercera jornada consecutiva la portería a cero ante un Deportivo ofensivo y con mucha llegada, pero que sólo suma tres goles.
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