En Meseguer empezó y acabó el partido en Zaragoza
El control y la pausa del Real Valladolid brillaron por su ausencia en un duelo feo hasta decir basta.


Escribo este artículo, mientras mi compañero Rojí teclea en la mesa de al lado: “El fútbol dimite”. Y no puedo estar más de acuerdo. Es verdad que la temporada pasada asistimos a espectáculos dantescos, pero el maltrato al balón visto en Zaragoza es complicado de recordar. No sólo por el Real Valladolid, sino también por el Real Zaragoza.
Hubo oportunidades y también ritmo, pero cuesta encontrar en los blanquivioletas, hoy amarillos, una mínima pizca de fútbol, de pausa, de pases al espacio, de asociaciones por dentro... Todo se reduce a una buena presión en la salida rival y aprovechar las oportunidades que se puedan generar a balón parado, como vino el gol pucelano.
Total, que en un partido en el que hubo pocas ocasiones y escasos argumentos futbolísticos, Meseguer emergió como villano y héroe en dos minutos. Resulta que siendo el último futbolista vallisoletano intentó regatear a Dani Gómez, un tío listo, que le robó y marcó a Guilherme. El primer tanto que recibe el portugués que, quizás, pudo hacer algo más, aunque fue fusilado. Lo del murciano perdiendo el balón ahí es una de esas cuestiones que están prohibidas en el fútbol. Antes el entrenador le echaría una bronca que se le volverían todos los pelos amarillos, ahora puede que le diga que lo siga intentando. Fútbol moderno.
Menos mal que el mismo Meseguer, que tiene calidad, marcó de tacón a balón parado tras centro, como no, de Biuk. Demuestra el murciano que es peligroso cerca de las dos áreas, pero que es más beneficioso para el Pucela en la contraria. Mensaje claro para Almada viendo el desempeño de Chuki.
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Total, que de dos victorias consecutivas, el Real Valladolid pasa a dos empates seguidos que hace poner a todos los pies en el suelo y rezar para que lo de Latasa no sea muy gordo. Con Marcos André desaparecido, la apuesta llegará por Jorge Delgado y Arnu, que marcó con la selección. Era mayoritaria la opinión de que hacía falta un goleador en el mercado. Visto que no llegó es momento de confiar en los chicos... a veces de la necesidad se hace virtud. Y si añadimos un poco más de fútbol... mejor.
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