El viaje de Espanyol y Sporting desde el gol de Marcelino
Pericos y gijoneses se jugaron la promoción hace seis décadas, el mismo día en que España se proclamó campeona de Europa por primera vez. Ahora repiten en la víspera de otra Eurocopa.
Aquel encuentro no empezó a las nueve de la noche, sino todavía más tarde, las 22:20. La vuelta de la promoción, entonces entre el cuarto por la cola de Primera y el subcampeón de Segunda, enfrentaba a Espanyol y Sporting de Gijón el 21 de junio de 1964, hace 60 años, a una hora tan intempestiva porque esa tarde se venía de jugar en el Bernabéu la final de la Eurocopa, que España conquistó por primera vez en su historia, ante la Unión Soviética (2-1), con el mítico gol de Marcelino. Curiosamente, ahora se la juegan en las vísperas de otro campeonato continental de selecciones, el que este viernes arranca en Alemania.
Montes había concedido una mínima ventaja al Sporting, entonces Gijón, siete días antes en El Molinón. Y, sin embargo, y en un arranque furioso, un cuarto de hora tardó el Espanyol en remontar la eliminatoria. Primero fue nada menos que Kubala, de cabeza y tras una acción trenzada entre Boy, Idígoras y el centro de Maguregui, y tan sólo un minuto después marcó Muñoz, aprovechando un rechace tras un centro de Martínez. A la media hora, una entrada durísima de Pocholo sobre Boy, quien se revolvió, dejó a ambos equipos con diez jugadores. Y a 20 minutos para el final, cuando los asturianos ya dominaban, sentenció Idígoras con un testarazo. 3-0.
Uno de los grandes protagonistas de aquella final en Sarrià, de quien las crónicas destacaban su contundencia esa noche como tantas otras, fue Julián Riera, a la postre capitán del Espanyol con 213 partidos y hasta dos goles en nueve temporadas, además de dos participaciones europeas y su concurso en el equipo de los Cinco Delfines, que aún recita del tirón. “Hicimos un gran partido”, rememora el legendario futbolista, titular de la puerta 62 de Cornellà-El Prat, quien a sus 83 años vehicula su memoria a través de su hijo Óscar, el que fuera responsable de los proyectos internacionales del club perico.
“Ganamos porque éramos un equipazo”, resalta Julián, que aquel 21 de junio de hace seis décadas declaraba haber vivido “la mayor alegría” de su vida deportiva, apenas diez antes de tener otra inmensa: su boda, el 1 de julio. Por el Espanyol formaron Piris, Argilés, Riera, Pedrín, Bartolí, Martínez Vilaseca, Maguregui, Boy, Muñoz, Idígoras y Kubala. Por el Sporting lo hicieron Cobo, Puente, Uribe, Alonso, Eraña, Medina, Amengual, Pocholo, Félix, Biempica y Montes.
El primer precedente, en 1943 en el Metropolitano
Pero la de 1964 no fue la primera vez que pericos y gijoneses se encontraban en un playoff por jugar en Primera. También lo hicieron, en aquel caso a partido único y en campo neutral, concretamente en el Metropolitano del Atlético de Madrid, el 18 de abril de 1943. Y también llegaba el Espanyol de ser cuarto por la cola en la máxima categoría y el Sporting, entonces, de proclamarse campeón en Segunda, en busca del que habría sido su primer ascenso.
Pronto encarrilaron la final los blanquiazules, con tantos de Huguet y de Juncosa, aunque Paladini situó el 2-1 a falta de una hora de partido, lo que se mantuvo hasta el final. Fue el último partido del legendario Patricio Caicedo en el banquillo del Espanyol, mientras que el técnico asturiano estuvo sobre el césped, ya que excepcionalmente Camilo Liz hizo de jugador-entrenador. Aquello no coincidió con ninguna Eurocopa, pero ese día el atleta Gregorio Rojo, que también defendía los colores del Espanyol, rebajaba en un minuto el récord de España de los 10.000 metros.
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