El renacer de Manu Trigueros
El talaverano volvió a la titularidad tras 16 partidos y dio galones a la medular nazarí. Escribá cambió en dibujo para darle entrada.
El Granada fichó a Manu Trigueros (Talavera de la Reina, 1991) para dar un salto de calidad a su centro del campo. Un futbolista con experiencia, contrastado en Primera, con una calidad indudable y capaz de ser el director de orquesta de un equipo. Sin embargo, el talaverano no esta teniendo el año soñado en la ciudad de la Alhambra, donde militó su padre dos temporadas.
Llegó en lo que era un nuevo reto tras toda una vida en Villarreal. Y, aunque no aportaba todo lo que se esperaba de él, Guille Abascal apostó desde el inicio por Manu. Las primeras seis jornadas, las que duró el técnico sevillano, Trigueros fue titular en seis ocasiones. En total, 386 minutos de los 540 totales. Sin embargo, el preparador fue destituido y llegó Fran Escribá.
El valenciano ya conocía a Manu de su etapa en Villarreal. Sin embargo, no apostó por él desde el inicio. Con un 1-4-4-2 como sistema, Trigueros no terminaba de encajar. Eso sí, se convirtió en un cambio habitual. Su primera titularidad con Escribá fue ante el Tenerife, con un inédito hasta entonces doble pivote formado por Trigueros y Gonzalo Villar, a pesar de tener disponibles tanto a Sergio Ruiz como a Hongla. Un partido sin salir, otro desde el banquillo y tres titularidades seguidas.
Zaragoza, Eldense y Sporting de Gijón fueron los rivales de sus tres partidos de inicio. Precisamente en la victoria en Asturias fue, hasta el pasado fin de semana, su última aparición en el once. En medio, 16 encuentros en los que Manu ha participado en casi todos. Sólo en cuatro no tuvo minutos: Cádiz, Racing, Burgos y Mirandés.
En total, con el técnico valenciano ha jugado 518 minutos en 25 partidos, es decir, a poco más de 20 minutos por partido de media. Entonces volvió al once, 16 partidos después, desde mediados de noviembre del pasado año.
Fue contra el Oviedo en un partido en el que Escribá tenía la baja de Hongla. Sin embargo, los malos resultados y la falta de ideas en ataque le hizo apostar por él, eso sí, cambiando el sistema. Con tres en la medular, arropado por Gonzalo Villar y Sergio Ruiz, el talaverano estuvo más cómodo y participativo.
“Manu ha estado muy bien, golpea bien con las dos piernas, contento por él porque no le estoy dando muchos minutos, y ha estado muy bien. Esto lo usaremos más de una vez”, señaló Escribá al término del encuentro. Manu mostró su mejor cara, la más participativa y sacrificada. Ayudando en defensa a Rubén, entendiéndose muy bien con Villar y sabiendo llevar el tempo del partido. Trigueros a renacido con este sistema. Llega a tiempo, con diez finales por disputarse…
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