El punto ante el Tenerife, un punto de inflexión
El bloque tricolor logró acabar con la racha de cuatro jornadas perdiendo. Sarabia dejó claro que fue “un buen punto a nivel mental”.
Paso a paso. El Andorra sigue su cruzada hacia la permanencia y el pasado sábado, ante el Tenerife, acabó, por fin, con la racha de cuatro derrotas seguidas. El punto permite a los tricolores sacudirse un poco la presión de encima y mirar con optimismo al futuro. Recortó distancias con la permanencia y ahora la vislumbra a solo un punto. Eder Sarabia se mostró optimista y espera que el empate otorgue a su equipo confianza: “Creo que pudo ser un buen partido para ganarlo, pero es un buen punto a nivel mental”.
Lo positivo para los tricolores es que, por fin, se acabó con la mala racha de resultados. Tras cuatro derrotas seguidas en Liga, el equipo volvió a puntuar y a mostrarse fiable a domicilio. Un paso necesario teniendo en cuenta que la próxima jornada, el Andorra volverá a jugar a domicilio la próxima semana, el domingo día 11 ante el Alcorcón. Los de Eder Sarabia plantaron cara al Tenerife y el técnico explicó que “pasaron más cosas de las que queríamos nosotros que de las que quería el Tenerife. Empezamos muy bien, después ellos hicieron cosas bien y nos hicieron daño. En la segunda parte controlamos mucho y nos generaron poco peligro. Pudimos ganar, pero bueno, evidentemente el empate es positivo”.
El único ‘pero’ para los tricolores fue la falta de pegada, algo de lo que está adoleciendo en las últimas jornadas. Es más, acumula tres encuentros sin marcar un solo gol y es un, sin duda, un aspecto a mejorar. Es la única manera de sumar victorias en el fútbol. Eder Sarabia lo sabe y esta próxima va a incidir en ello. Lo positivo es que Jorge Pombo, el futbolista que llegó en el último día de mercado procedente del Racing de Santander, ya será uno más en el grupo y el técnico dispondrá de él para visitar al Alcorcón. Será un duelo clave por la permanencia porque ambos conjuntos ocupan puestos de descenso y les separa un punto. Precisamente la distancia a la que vislumbran los del Principado la salvación.