El partido que Romo y García Plaza llevan preparando desde COU
Los entrenadores del Racing y el Alavés compartieron pupitre y confidencias futbolísticas en el Instituto Blas de Otero de Aluche, pero nunca se han enfrentado en los banquillos
No es que el Instituto Blas de Otero, en el popular barrio madrileño de Aluche, destaque por el fútbol. Por no tener, no tiene ni campo. Si acaso un par de porterías sobre asfalto que, para poder jugar, obligan a cruzar por encima de dos canchas de baloncesto. Pero eso, en el curso 95/96, no importaba demasiado a dos alumnos de COU a los que unió su amor por ese deporte. Un chaval de 17 años, madrileño de origen talaverano, que soñaba (sin haber sido futbolista) con ser entrenador, y uno más talludito, con 23 años, que sí jugaba, que había sido canterano del Atlético de Madrid, pero que ya empezaba a darse cuenta de que no iba a llegar a jugar en los grandes estadios y retomaba los estudios para preparar su futuro (mientras jugaba en el Talavera, precisamente). Eran Guillermo Fernández Romo y Luis García Plaza. No hay más que oírles en las salas de prensa para imaginar cómo eran aquellas charlas futboleras de pupitre a pupitre. Hoy, 26 años más tarde, se ven por primera vez las caras ocupando sendos banquillos. Obviamente, los hay que dirigen equipos en la Champions, pero se puede decir que se lo han currado. Y que han llegado (más hasta ahora García Plaza, claro) hasta donde soñaban. El fútbol profesional (sigue el partido en directo en As.com).
Guillermo Fernández Romo, el entrenador local, llega a este duelo con el ataque todavía más en cuadro de lo que suele ya que a las lesiones de sus nueves, Cedric, Matheus Aias y Sekou Gassama (aunque a última hora podría convocar a éste, más para asustar que para jugar), une la baja de Jorge Pombo, sancionado tras sufrir en Leganés su segunda expulsión de la temporada. Y no es poca cosa. Si el Racing chuta poco, poquísimo, el que menos, casi se puede decir que el poco sentido que tiene su fútbol de ataque de lo da el talentoso jugador aragonés. Para suplirle, Romo va a tirar de su multiusos favorito, Arturo Molina, que no es mediapunta y sufre además de dolores recurrentes en su pie derecho debido a un edema óseo que le persigue desde la primera jornada, pero que al míster da una gran seguridad. Alfon repetirá como delantero centro y Marco Camus dejará su puesto de nuevo en la banda izquierda a Íñigo Vicente.
La buena noticia para Romo, ahora con barba, a diferencia de su época de COU, es que va a poder recuperar a su capitán, Íñigo Sainz-Maza, con el que reconstruirá, junto a Fausto Tienza, el dúo de pivotes con el que arrancó la temporada. No es que el balance sea como para tirar cohetes, ya que el Racing perdió los cuatro partidos en los que coincidieron en el once inicial, pero la lesión de Juergen y la exigencia defensiva a la que previsiblemente va a llevar el Alavés al Racing llevan a Romo a optar por Tienza antes que por Aritz Aldasoro.
El Alavés suma dos puntos cada jornada por lo que, de seguir en esta dinámica, terminará la temporada con 84 puntos o, lo que parece lógico, ascenso directo. Ahora mismo es el colíder junto a Las Palmas y sólo ha sumado una derrota, en Burgos, en la presente temporada. El resto son victorias y empates tanto en casa como fuera.
Siguen tocados Sedlar y Sylla. Se recupera a Laguardia para la convocatoria, pero parece improbable que juegue de titular. Igual lo hace saliendo desde el banquillo. Duarte vio la quinta amarilla ante el Real Oviedo y no podrá jugar contra el Racing en Santander. Vuelve Benavídez que se perdió el choque contra los asturianos por la misma razón, acumulación y ciclo de tarjetas.
El partido ha sido declarado oficialmente de alto riesgo, por lo que las taquillas van a permanecer cerradas y solo se podrán comprar entradas a través de la página oficial del Racing en internet. Los controles policiales fuera del estadio se van a reforzar, si ello es posible, tanto para los aficionados racinguistas como para los 600 seguidores del Alavés que han comprado sus entradas, nominativas, para acompañar a su equipo en El Sardinero. La Gradona de los Malditos, el grupo de seguidores racinguistas habitualmente más ruidosos, parece que seguirán en la línea del último partido, en huelga de animación. Con el paso de los días, además, se va intensificando su campaña de críticas a los propietarios de la mayoría accionarial del club, Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, a los que acusan de no hacer nada para ampararles de lo que entienden un exceso de celo policial.