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Real Oviedo

El Oviedo sigue en caída libre

El club azul acumula siete semanas sin ganar, se atasca en el Tartiere y cae en la tabla

06/10/22
REAL OVIEDO
ENTRENAMIENTO 
BOLO
Eloy AlonsoDiarioAS

Esta vez fue el Huesca con un viejo conocido, el Cuco Ziganda, el que se fue con el botín. No es novedad, el Oviedo se ha acostumbrado este año a entregar gustosamente los puntos a los visitantes esta temporada. Ya ha jugado seis partidos ante su gente y solo ha sido capaz de ganar uno. El triunfo del Huesca, 0-1, deja al borde del abismo a Bolo, al equipo tocado y el objetivo de pelear por arriba en entredicho. La crisis del Oviedo, lejos de cerrarse, sigue creciendo.

La afición volvió a despedir al equipo con una bronca de las que se recuerdan. El equipo no salió mal al terreno de juego, dominando la escena y encerrando al Huesca. Llegó en algunas ocasiones, todas ellas concentradas en los primeros 20 minutos de partido, pero no acertó. Los de Ziganda resistieron en el ma momento y ahí empezó otro encuentro en el que el Oviedo no era tan dominador.

Tocaba masticar el choque, trabajarlo y siempre pareció que el Huesca estaba cómodo con ese guion. Ya en la segunda parte, los visitantes encontraron en premio en un gol que desnuda todos los problemas de este Oviedo. “Un gol que no es digno de esta categoría”, señaló Bolo al final del partido. Montoro perdió un balón sencillo en la medular, Valentín se fue con facilidad de Pomares y Carrillo le comió la tostada a Tarín para hacer el 0-1. Un golpe definitivo para los azules, desnortados a partir de entonces.

Bolo mostró su enfado en la sala de prensa por todo lo que siguió al acierto de Carrillo. “No sabemos reaccionar a las adversidades y eso es un problema grave. Lo cambiamos todo por el gol en contra. Jugamos a una cosa que no habíamos planteado antes de partido, que no nos convenía. Estábamos haciéndolo bien, pero cometemos un error grave y cambiamos. No es suerte, es un error nuestro que pagamos muy caro. Esa fue la clave en el partido. Cambió todo lo que teníamos entrenado y juegas de una forma que beneficia al rival”, explicó cabreado en la sala de prensa del Carlos Tartiere.

El Oviedo queda muy tocado. Ya son siete las jornadas sin lograr un triunfo, un periodo demasiado largo en cualquier club y una eternidad en el club azul, que encaraba la temporada con la esperanza de estar peleando con los mejores. En casa, la sangría es evidente: ha ganado un partido (1-0 al Leganés), empatado otro (1-1 contra el Levante) y perdido cuatro (0-1 con el Andorra, 0-1 ante el Ibiza, 1-3 contra el Cartagena y el 0-1 del Huesca). El saldo total es de 4 puntos sobre 18. Solo el Málaga presenta unos números más pobres ante su gente.

El duelo en Albacete

Vistas las cosas, parece que solo la proximidad del duelo en el Carlos Belmonte, el sábado a las 21.00 horas, le da algo de crédito a Bolo. El club no ha tomado aún una decisión drástica sobre su futuro y parece que la de Albacete es la última bala. A pesar de los frecuentes cambios tácticos y de haber probado a todos los futbolistas, con la excepción de Quentin Braat, en su once, los resultados siguen sin llegar y a Bolo se le agotan las alternativas, Un año que debía ser ilusionante para el Oviedo va camino de convertirse en una pesadilla.