El Oviedo de Cervera, intratabe en el Carlos Tartiere
Los azules han jugado cinco partidos en casa con el cántabro, con cuatro victorias y un empate
Cuando Álvaro Cervera asumió el cargo en el Oviedo, su misión más inmediata fue la de sacar al equipo de la zona de descenso. En la consecución de ese objetivo, el entrenador se fijó en el Carlos Tartiere como vivero en el que lograr los puntos necesarios para escapar de los problemas. Con Bolo al frente, el equipo se atascó frecuentemente ante su gente, lo que le creó tantos problemas que acabó despedido tras la disputa de la undécima jornada. Ahora, la historia es bien diferente. Porque con Cervera a los mandos, el Oviedo está intratable en su feudo. Desde que en la primera jornada con el cántabro, los azules derrotaran 1-0 al Málaga en un triunfo decisivo entre dos equipos en problemas, el conjunto azul ha ido al alza. Ha disputado cinco choques en su campo, ha ganado cuatro y empatado uno. Y lo que es aún más sorprendente: aún no ha recibido ningún gol en contra.
La solidez defensiva es lo que ha permitido compensar el juego de ataque que en muchas ocasiones tiende a atascarse ante algunos rivales. El 1-0 ha sido el resultado repetido en todas las victorias locales con Cervera a los mandos.
Al triunfo ante el Málaga, 1-0 con gol de Bastón desde el punto de penalti, le siguió otro 1-0, esta vez ante el Granada en un choque que premió la convicción azul. Los de Cervera jugaron con uno menos desde el minuto 40 por la roja a Aceves pero resistieron durante la segunda mitad y acertaron en la que tuvieron: Enrich batió la meta nazarí de soberbio taconazo. Contra el Mirandés, en el siguiente duelo en casa, se siguió un guion similar con otro triunfo por la mínima. Esta vez, el conjunto carbayón sacó brillo a su pizarra con un córner que acabó rematando Borja Bastón al fondo de la red.
La única excepción del inmaculado camino de los azules desde la llegada del nuevo entrenador en casa fue un empate sin goles ante Las Palmas, que llegaba líder del Tartiere. El marcador no se movió a pesar de que el Oviedo rozó el gol en la segunda mitad e incluso se estrelló en el larguero. Fue uno de los choques en el que los azules mostraron una versión más poderosa.
La guinda del derbi
El último encuentro cerrado con éxito fue el más esperado del curso, el derbi ante el Sporting. Los azules no cuajaron su mejor partido, sorprendido de primeras por un Sporting más ofensivo de lo que se esperaba. Pero resistió el equipo de Cervera y tras el descanso logró igualar la balanza. Les avisó el técnico a sus futbolistas al descanso que iban a tener una y que había que aprovecharla. Y así sucedió.
A los 74 minutos, Izquierdoz se pasó de frenada y pisó el pide Koba Koindredi, que había ingresado en la segunda mitad para romper el ritmo tedioso del juego azul. Penalti claro que llevó a Borja Bastón ante los once metros. Ahí, el nueve no falló: batió a Cuéllar con decisión para mantener a los azules abonados al 1-0 en los partidos disputados en su terreno de juego.