El Molinón-Quini sube el telón para dos equipos que quieren estar arriba

Sporting y Córdoba acabaron la pasada temporada en undécima y decimocuarta posición, respectivamente, separados por un solo punto. Ese puesto fue decepcionante para los rojiblancos, que aspiraban a estar en la lucha por el ascenso, mientras que los blanquiverdes, de vuelta en la categoría, estuvieron por encima de las previsiones para un recién ascendido, aunque llegaron a soñar en algún momento del campeonato con entrar en la pelea con los mejores.

La competición vuelve y tanto Sporting como Córdoba aspiran a conseguir ese objetivo que les quedó lejos la pasada campaña. Para ello comienzan el nuevo curso midiendo sus fuerzas en el estadio más antiguo del fútbol español, El Molinón-Quini, que sube el telón de la temporada en medio de la ilusión que siempre se genera al inicio de cada temporadas. El movimiento en las taquillas del municipal gijonés anuncian un gran ambiente en el estreno liguero en Gijón, una ciudad llena de visitantes y que ha dejado atrás su festiva Semana Grande.

Sporting y Córdoba se han reforzado a conciencia para esta nueva edición del campeonato en la Segunda División, denominada LaLiga Hypermotion. El equipo andaluz se encuentra entre los equipos con más altas en el mercado de fichajes que sigue abierto, mientras que el conjunto asturiano aún espera un par de refuerzos más. Tanto Garitano como Ania tiene casi a todos sus efectivos para comenzar la competición.

Asier Garitano, al que el club le ha proporcionado ocho fichajes, abre la temporada con la única ausencia de Mamadou Loum, el último en llegar; el técnico prefiere que el senegalés tenga más tiempo de adaptación. Por lo demás, ha recuperado a Gaspar Campos y Justin Smith, con problemas físicos en las dos últimas semanas, y no tiene lesionados. Podrá elegir para formar un once que no espera grandes sorpresas, respecto a las pruebas realizadas durante la pretemporada. De los nuevos Pablo Vázquez, Lucas Perrin y Álex Corredera apuntan a titulares, como Gelabert y Dubasin, aunque el palentino y el catalán fueron rojiblancos la pasada campaña y ahora son propiedad del Sporting.

En el Córdoba de Ania, vista la pretemporada, todo parece igual. El asturiano sigue apostando por un estilo de juego de “cero miedos” que gusta, aunque no ha dejado atrás, de momento, deslices en la zona de cobertura que le han costado goles de los que se podrían entender como evitables. Sin embargo, aporta una serie de matices que hacen muy distinta la carta de presentación del cuadro blanquiverde.

Para empezar, no es tan bisoño como el que hace una campaña se dirigía a Anduva a disputar un partido en el fútbol profesional después de cinco años peregrinando entre Segunda B, Segunda Federación y Primera Federación. Porque, aun siendo de una media de edad baja, la mayor parte de los futbolistas ya saben lo que es actuar en la división de plata. Y, por otro lado, el trabajo de la dirección deportiva ha proporcionado a Ania más jugadores con los que contar a la hora de afrontar la competición. Es decir, el Córdoba tiene más recursos.

Haciendo un balance rápido de la pretemporada, el registro es de una victoria, tres derrotas y un empate. Y ahí se vio que el cuadro blanquiverde no ha perdido su esencia de juego. Sin embargo, recibió 10 goles, que se antojan demasiados y que recuerdan que el pasado ejercicio lo acabó con 63 en contra. Si los mejora, el Córdoba ganará mucho.

En cuanto al equipo, Ania, como en temporadas anteriores, parece que va a apostar por los conocidos de la temporada anterior y que con el paso de las jornadas irá dando paso a los nuevos. Aun así, El Molinón verá a Sergi Guardiola enfundarse nuevamente la blanquiverde en partido oficial, algo que no ocurría desde junio de 2018 en un partido contra el Sporting en El Arcángel para sellar una permanencia de carácter milagroso. Y también apunta a la titularidad el camerunés Fomeyem, una de las sensaciones de la pretemporada, para el eje de la zaga. Otra de las sorpresas agradables, como es el caso de Dalisson, causa baja por lesión.

Con todos los ingredientes en su sitio y muy pocas ausencias, el partido espera el mejor ambiente. El Sporting iniciará la temporada con más de 23.000 abonados y, al margen de esos socios con asiento asegurado, ha conseguido despachar más de 3.000 localidades para este encuentro. El Molinón-Quini lucirá, por tanto, su mejor aspecto para el estreno.

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