El Málaga celebra por fin una Navidad tranquila
El club blanquiazul cierra 2024 en su mejor deportivo en años y con la sensación de que el futuro a corto plazo puede seguir deparando excelentes noticias al malaguismo.
El Málaga afronta por fin una Navidad tranquila. Seguramente es el cierre de año con mejores sensaciones en mucho tiempo, concretamente desde la temporada en la que se peleó por el ascenso a Primera División, la 2018-19 (el Málaga cerró el año tercero, a un punto del ascenso directo). Luego llegaron cursos con tremendas decepciones, el año del COVID, las 18 fichas, el descenso o las dudas enormes que existían hace justo 12 meses a estas alturas cuando el equipo era tercero, a cinco puntos de Ibiza y Castellón, y teniendo la obligación de subir sí o sí a Segunda.
El panorama ha cambiado mucho. El club ha regresado al fútbol profesional, las cuentas vuelven a cuadrar y a nivel deportivo la dinámica es muy positiva. Las sensaciones que transmite el equipo de Sergio Pellicer sobre el césped son muy buenas. El objetivo era lograr una permanencia holgada y alcanzar cuanto antes esos 50 puntos que deben confirmar la continuidad en la categoría. Y el cierre de la primera vuelta con 30 puntos deja un balance más que satisfactorio.
“No he tenido un día tranquilo desde que llegué al Málaga. La situación deportiva ayuda mucho. Los dos triunfos últimos ayudan. He trabajado con las mismas ganas desde el primer día, sabiendo que el club no es mío, planificar el corto, medio y largo plazo. Si no hubiese trabajado así, lo mismo no estaríamos aquí, con una tranquilidad relativa”, aseguraba José María Muñoz en la rueda de prensa posterior a la junta general de accionistas.
Lo cierto es que el Málaga mira a 2025 después de rubricar sus mejores seis meses en muchos años. El ascenso a Segunda y la primera mitad de la actual temporada han devuelto la ilusión y la esperanza al malaguismo. El mensaje sigue siendo humilde y sin estridencias, pero el playoff está a tres puntos y la permanencia es un objetivo muy factible. Por ello, sin renunciar a nada, el vestuario mira a lo que resta de campeonato con la confianza de poder aspirar a cotas ambiciosas.
Son muchas las temporadas que el Málaga y su afición han padecido mucho más que celebrado. Ahora el guion se ha invertido y las noticias positivas, al menos en lo deportivo, se suceden. Pellicer ha logrado ensamblar un equipo que es una piña y que compite siempre, con mayor o menor acierto. Un conjunto equilibrado y muy difícil de batir que no se conforma con lo logrado hasta ahora y otea el horizonte convencido de poder seguir dando alegrías y agrandando su espacio en la historia del club.
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