El mal de los once metros
Tres de cada diez penaltis lanzados en Segunda no acaban en gol: la cifra más baja del lustro. Carlos Marín, del Córdoba, ha detenido cinco penas máximas.


El punto de penalti está cerca de convertirse en un suplicio para los delanteros de la Liga Hypermotion, como se pudo apreciar en el último choque de la última jornada. Fidel erró un Panenka que habría igualado el choque para el Albacete y Sancris chocó contra el poste malogrando la sentencia del Burgos. En realidad, algo en la línea de lo que se viene observando toda la temporada. La actual es la Segunda con menos penaltis anotados en el último lustro.
Los datos de la categoría son claros y hablan de 111 penas máximas sancionadas hasta la fecha en la categoría y solo 78 anotadas, lo que significa un acierto del 70,3%. Es decir, se fallan tres penaltis de cada diez lanzados. La cifra está lejos de lo observado en las últimas campañas en la categoría, el 80% de acierto el curso pasado, el 79,7% de la 2022-23, el 76,8% de la 2021-22, el 75,9% de la 2020-21 o el 81% de la 2019-20, según los datos de Opta. En la última década, solo se encuentra un caso peor: el 66% de goles transformados en los penales de la errática 2017-18.
Hay varias razones que pueden explicar los números tan particulares de esta campaña, tan a contracorriente con la tendencia de los últimos tiempos, o puede que quizás solo sea algo coyuntural, pero el nivel de los guardametas bajo palos en este tipo de acciones es de sobresaliente. De los 33 lanzamientos que no han terminado en gol, 26 los han detenido los porteros, una cifra muy elevada, mientras que otros cuatro disparos se han ido fuera y tres se han estrellado contra el poste.
En cuanto a los héroes desde los once metros, aquellos que deben obrar el milagro bajo la línea, la Segunda ofrece un gran protagonista dentro del alto nivel del curso: Carlos Marín. El guardameta del Córdoba lleva atajados cinco disparos desde los once metros esta campaña. Ya ha igualado el récord de penaltis atrapados en un curso de la última década, que estaba en los guantes, curiosamente, de otro que defendía la meta del Córdoba: Pawel Kieszek, que acabó la 2017-18 con cinco parados.
A Marín, le siguen los especialistas Alfonso Herrero (Málaga) y Edgar Badia (Tenerife), con tres disparos detenidos, y detrás Aarón (Oviedo), Cuñat (Cartagena) y Poussin (Zaragoza), con dos. Por último, han parado un lanzamiento: Cantero (Burgos), Lizoain (Albacete), Andrés Fernández (Levante), Braat (Oviedo), Dani Jiménez (Huesca), Jesús Ruiz (Racing de Ferrol), David Gil (Cádiz), Juan Pérez (Huesca) y Ezkieta (Racing de Santander).
Fidel Chaves ha sido el penúltimo protagonista involuntario desde los once metros —después de él erró Sancris—, un fallo grosero por la ejecución. “He cometido un error gravísimo; pido disculpas al equipo y a la afición”, ha confesado afligido. Duele en la afición manchega su ejecución porque no es la primera vez que sucede. De hecho, el Albacete es ahora mismo el más afectado por la crisis de los once metros: ha errado cuatro en lo que va de campaña. Le siguen en cuanto a fallos de ejecución el Elche, el Burgos y el Málaga, con tres penaltis malogrados. En el otro lado de la moneda, los que aún no han desperdiciado ninguna ocasión: Cartagena, Córdoba, Eldense, Levante y Oviedo.
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