El ‘Make it different’ de Pezzolano
El técnico marca unas pautas de disciplina nuevas en un Real Valladolid en el que quiere ver “un antes y un después” y mayor sentimiento de pertenencia.
Cuando Paulo Pezzolano llegó a Valladolid, lo hizo con una máxima que le rodeaba que indicaba que, pasara lo que pasase, seguiría al frente esta temporada, tal y como así ha sucedido. Precedido por la vitola de ser un buen constructor de proyectos, el Real Valladolid depositaba en él sus esperanzas a corto plazo, incumplidas, y en el medio, justamente como se aventuraba: para construir algo nuevo, al margen de la categoría. Algo que, aunque en segunda, ya está en ciernes.
“Desde que llegamos, sabíamos que veníamos en un momento muy duro y lo que podía suceder, y que lamentablemente sucedió, que fue lo peor. Pasara lo que pasara, también sabíamos lo que seguía, aunque sufrimos mucho ese momento (el descenso), porque, cuando venís a un lugar, lo haces con la convicción de sacarlo adelante”, aseveró este jueves el técnico en su primera rueda de prensa de la temporada y primera desde la comparecencia en la que, con la voz entrecortada, encarnó el dolor de todos los blanquivioletas.
Sin más dilación, después de esas palabras, ‘El Papa’ dio un golpe sobre la mesa de la sala de prensa e indicó que “hay que pensar en lo que viene”, que es un cambio de filosofía como el que poco a poco se va anunciando y que ya comentó a medios y prensa en los encuentros de este martes. “Hay que pensar en lo que pasó acá adentro y en lo que viene pasando hace tiempo. Yo percibía esto de una manera, pero no lo podía hacer faltando diez fechas; habrían sido demasiados cambios si hubiera querido actuar. Ahora es el momento de hacer todos los cambios que quería hacer”, anunció con tono decidido.
Si Apple apostó hace 25 años por su eslogan ‘Think different’, pareciera como que en el Real Valladolid se fuera a instalar uno parecido, pero hablando de hechos. El ‘Make it different’ de Pezzolano, el ‘hacerlo diferente’, se viene adueñando de la estructura desde los primeros entrenamientos, con unas sesiones más largas, que sobrepasan las dos horas, bien sobre el campo o bien añadiendo trabajo de gimnasio. El cuerpo técnico llega a Zorrilla tres horas de cada sesión; el equipo, no más tarde de hora y cuarto antes. “Estamos construyendo los cimientos y la responsabilidad del día a día, porque todos los detalles se ven dentro de la cancha”, explicó.
“Tiene que haber un antes y un después en todos los sentidos para que los jugadores que vengan sepan a lo que vienen al Real Valladolid. Tenemos que hacerlo diferente”, agregó el entrenador, que alertó de que, sin edificar y sin solidificar esos cimientos, no van “a estar bien”. Bien es verdad, todo esto puede sonar a discurso vacío, pero, como ha explicado el charrúa en varias ocasiones, él no está aquí para caer bien ni para hacer amigos. Su concepto de la disciplina es claro. Ahora solo queda que los jugadores, los verdaderos protagonistas del juego, cumplan.
El apoyo de la afición y el ‘no’ a las ofertas
Con todo, Paulo Pezzolano no dejó pasar la oportunidad de agradecer a la afición “el apoyo a la institución y a los colores” y de resaltar que “ese sentimiento que tienen es espectacular”. “Hoy en día sé que están más o menos los mismos abonados que el año pasado en Primera División en las mismas fechas”, comentó respecto a la campaña de socios, e incidió en que la intención del club es que haya “mucha más unión” con su masa social. “Estamos buscando hacer más visitas a peñas y que vengan a visitarnos. Estamos haciendo también trabajo internamente para que haya más sentido de pertenencia adentro y afuera. Tiene que haber un antes y un después en esos detalles”, insistió.
Este sentimiento empieza en el propio técnico, que tiene un sentido de la responsabilidad muy alto con la institución y con una afición de la que lo único que recibe, dice, “es apoyo”. “Desde el primer día como mucho, ando mucho, tomo café por todos lados, almuerzo por todos lados y me ven caminar por todos lados, y lo único que recibo es eso, además de, obviamente, un dolor que nadie esperábamos. La afición, lo único que quiere, es lo que queremos todos, el sentir ese sentimiento de pertenencia y se haga lo mejor para el club”, desgranó.
Así lo percibe, y no de boquilla. Este verano, Pezzolano recibió varias ofertas, entre ellas, de Vasco de Gama para volver a Brasil, que, sin embargo, ni le hicieron “dudar”. “Por suerte, nos fue bien en lugares a los que fuimos, y en esos países hay clubes que llaman y, sin duda, hacen propuestas económicas muy interesantes, pero cuando tenés claro lo que querés y a lo que viniste, ni te lo pensás. Al 100%: lo que quiero y lo que quise es estar acá y hacer lo mejor cada el club. Todo eso queda en la nada, porque no hubo nunca ninguna duda de nuestra parte”, concluyó.