Liderato y una herida por sanar
Desde junio de 2017, cuando el Levante arrasó con Muñiz en el banquillo, el Levante no se veía líder de la categoría.
Han pasado más de siete años, 2669 días, para que el Levante vuelva a verse líder de Segunda División. Desde que el 10 de junio de 2017 el equipo dirigido por Juan Ramón López Muñiz cerró el curso en lo alto de la clasificación, una condición que consiguió en la cuarta jornada y que le acompañó durante toda la temporada 2016-17, dominando la categoría de principio a fin, el conjunto de Orriols no lideraba la tabla.
De hecho, llegada la jornada 13, aquel Levante de Muñiz se estableció como el líder con más distancia de la historia de Segunda División a esas alturas de la temporada, superando en diez puntos a sus perseguidores (Oviedo, próximo rival granota, Sevilla Atlético, y el extinto Reus, los tres equipos con 20 puntos). Con nueve triunfos, tres empates, una sola derrota, y 22 goles a favor por 10 en contra, sumaban 30 puntos en aquel año histórico, que se cerró con 84 puntos en el casillero del conjunto de Orriols.
Comparándolo con el Levante actual, el equipo del técnico gijonés sumaba en las primeras siete jornadas 16 puntos, con cinco victorias, un empate y una derrota, con diez goles a favor y cuatro en contra. El de Calero, con 14 puntos, lleva cuatro victorias, dos empates y una derrota, con 14 goles a favor, siendo el equipo más goleador de la categoría, y nueve en contra, hasta ahora, el talón de Aquiles del equipo.
El Levante, a día de hoy, lidera la clasificación empatado a puntos con Racing y Burgos, que curiosamente comparten los mismos goles a favor (11) y en contra (7); de hecho, los 14 goles del equipo granota decantan la balanza. Además, tras la quinta jornada, también compartió en lo alto de la clasificación con el Racing, por aquel entonces empatados con nueve goles a favor y cinco en contra.
Todavía queda un mundo, 35 largas jornadas, pero el equipo “genera ilusión”. Las comparaciones son odiosas y la losa del ascenso ya ha pesado de más en el pasado; especialmente, después de dos temporadas dolorosas en el Ciutat de València. Con Calleja, cuando el equipo se quedó a las puertas del ascenso, primero empatado a puntos con Las Palmas en la temporada regular, que se decantó por superar en goles a los levantinistas (49 por 46), y posteriormente con el fatídico penalti en la final del playoff contra el Alavés, fue una carga a la larga.
Precisamente Calleja regresará al Ciutat como rival este fin de semana dirigiendo al Oviedo. Con él, el Levante tuvo a tiro el liderato para cerrar el año en la jornada 21 de la temporada 2022-23, pero un empate frente al Eibar (0-0) le hizo acabar el 2022 como tercero en la clasificación. Precisamente de la jornada 26 a la 29 siguió la estela de Las Palmas, por aquel momento líder, pero con el paso de las jornadas el equipo se descolgó de la pelea por el primer puesto; pese a que, hasta la última jornada, peleó por el ascenso directo. Aquel traumático final de temporada quedó marcado como una herida profunda, tanto en la afición como en la entidad, en la que Calero y los suyos trabajan día a día para sanar.
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