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LEGANÉS

El Leganés se enreda en sí mismo

Después de frenar la sangría de despistes que le costó tanto en las primeras salidas, ante el Levante el equipo volvió a reincidir en errores concretos que le costaron el partido.

16/10/22
LIGA SMARTBANK
LEVANTE UD - CD LEGANES
DAVID GONZALEZDiarioAS

El Leganés avanzó dos capítulos en la novela de la temporada con optimismo moderado hasta que el episodio de Levante (derrota 2-1) ha devuelto a los pepineros al prólogo de partida, aunque sea con un estilo de narrativa más firme y sólido. Más competitivo y reconocible. Sin embargo, el relato de los fallos puntuales en las áreas (propia, ajena) se volvió a apoderar de los blanquiazules, condenados en el Ciutat de Valencia por los mismos males que lo han castigado durante buena parte del curso, especialmente cuando ejerce de forastero.

Porque hasta el triunfo de Cartagena (1-2) el Leganés sólo sabía perder allende Butarque en un cuento siempre repetido: 1-0 (las cuatro derrotas ante Oviedo, Lugo, Las Palmas y Huesca fueron por este marcador) y con algún momento fatídico castigando a los blanquiazules por encima de sus posibilidades y el juego desplegado.

Si en Asturias fue la acción y el penalti a Borja Gastón, en Galicia le acompañó un fallo de marcaje sobre Señé que propició el gol fatídico. Contra Las Palmas fue una mala salida acompañada de una ausente presión para recuperarla lo que propició el gol de Lemos y, ante el Huesca, una cadena de distensiones el área que hicieron de un simple saque de banda, un gol doloroso.

Los fallos en Valencia

Algo similar sucedió esta vez ante el Levante, donde a los fallos del Leganés se le unió la calidad de un Levante con retales de Primera que supo sacar sus ramalazos de calidad para mandar al Leganés a la lona en dos ocasiones. En la primera, el fallo fue de Iker Undabarrena, durante buena parte de la temporada intachable en la salida de balón.

Pero tras apoyarse en Gaku en un par de ocasiones y ver cómo el japonés marraba, el pivote empezó a jugársela solo con elecciones arriesgadas. En una de ellas Pablo Martínez le robó la cartera y la mandó a la escuadra. Error más calidad del rival, igual a gol en contra. Ecuación demasiado frecuente en la vida del Lega este curso que se encontró, de nuevo, con algo parecido en el 1-2, cuando hasta tres pepineros no apretaron lo suficiente a De Frutos antes de que el extremo soltara un latigazo que Riesgo no pudo retener bien.

Al rechace llegó Bouldini para meterla sin piedad en una acción de buena anticipación más mérito del ariete que demérito de la defensa. Aún así, la acción parecía razonablemente evitable para un bloque que, tras el 1-1, se echó más hacia la meta local que tratar de cerrar la propia.

Ocasiones al limbo

No fueron estos, con todo, los únicos fallos puntuales que lastraron a un Leganés que vio como en la otra portería pudo tener más acierto. En la primera mitad Juan Muñoz marcó un gol anulado por claro fuera de juego (le pudo el ímpetu de seguir a la carrera el chut de Cissé tras cuyo rechace marcó).

Arnaiz, en su remate durante una de las ocasiones más claras del partido.
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Arnaiz, en su remate durante una de las ocasiones más claras del partido. DAVID GONZALEZDiarioAS

En la segunda Arnáiz mandó fuera por poco un buen remate sólo delante del portero en la que quizá fue ocasión más clara del partido más allá de los goles.