El Leganés, prudencia con el Elche y el respeto a Butarque
Máximo respeto por el rival del día D pese a llegar plagado de bajas y sin objetivos. Otros tropiezos en el mismo escenario también invitan a la cautela.
El Leganés mira al partido del próximo domingo ante el Elche (última jornada, 18:30) con una mezcla de emociones que van desde la tensión contenida por el premio que esconde (la opción del ascenso directo a Primera), pasando al temor a un tropiezo que descabalgara a los pepineros de las dos primeras plazas y le obligara a jugar el segundo playoff a la élite de su historia. Abanico amplio de sensaciones con algunas destacando sobre el resto. Como el respeto a Butarque. También la cautela frente a un rival, a priori, cautivo y desarmado.
Porque el Elche llegará al sur de la capital sin objetivo a la vista. Los ilicitanos, uno de los claros candidatos a subir a inicios de curso, no manejan posibilidad alguna si quiera de jugar el playoff de ascenso. Resultado decepcionante que debería invitar a la relajación y al que se unen varios factores. Por ejemplo, contar con ocho bajas. Además, está por ver cuál será la forma de afrontar este duelo para algunos de sus jugadores más importantes, ésos que seguramente el curso que viene no sigan en Elche.
El ejemplo del pasado
Y aun así, pese a este panorama a priori tan relajado, el Leganés no se fía del enemigo. Tampoco de un escenario que juega a favor, aunque desde su fundación ha sido también espacio de desgracias. Butarque, hogar de los pepineros, no ha vivido los momentos más álgidos de gloria de los últimos tiempos. Por ejemplo, los dos últimos ascensos blanquiazules se dieron allende Leganés, en Hospitalet y Miranda. El famoso ‘Pepinazo’ ante el Real Madrid en Copa del Rey tuvo lugar en el Bernabéu. Incluso la primera permanencia en la élite se consiguió fuera de casa, en San Mamés.
En el lado contrario de la balanza, algunos episodios oscuros de la reciente historia pepinera han sucedido en su campo. Pocos tan desgarradores como el de 2004, cuando en la última jornada, el famoso Lega de los argentinos descendió a Segunda B precisamente con todo a favor y en su hogar. En aquella última jornada, el Leganés perdió frente a un Córdoba empatado a puntos y se fue al pozo. Valía un punto. No se consiguió.
También Butarque fue escenario del descenso de Primera a Segunda. En un recinto vacío (sucedió en la campaña del confinamiento por la pandemia de COVID-19), el Leganés no fue capaz de ganar al Real Madrid en la última jornada (2-2). Los blancos bajaron considerablemente el pistón competitivo en la segunda mitad, pero no le dio al Lega para ganar. La mano no pitada de Jovic dentro del área y la última ocasión de Óscar, con todo a favor para marcar, quedarán en el recuerdo de aquella infame tarde.
Dolor diferente sufrió el Leganés en 2013. De nuevo en Butarque. Aquel curso el equipo de Pablo Alfaro se clasificó para el playoff de ascenso. En primera ronda, ante el Lleida, los pepineros rozaron con los dedos el pase a la siguiente fase, pero una inoportuna lesión del árbitro que paralizó el partido más de media hora, y un gol in extremis de Mario (ex del Lega) eliminaron a los blanquiazules en el segundo lleno de la historia del recinto.
Episodios dolorosos que invitan a la prudencia de un grupo que se siente optimista, pero no confiado. Más bien lleno de una confianza con la que alcanzar el sueño de ascender, pero siendo fiel a su estilo durante todo el curso. Ése que ha tenido siempre como primer mandamiento no fiarse y dar el 100% desde el minuto 1 al 90. Desde el inicio de cada partido hasta, esperan el domingo, alcanzar la gloria de Primer
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