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ESPANYOL

El estadio ‘Perico’ Amat

Más de 200 seguidores blanquiazules acudirán el domingo al Nuevo Pepico Amat, al que da nombre un portero, leyenda en Elda, cuyos únicos partidos en Primera fueron con el Espanyol.

Pase de Pepico Amat como jugador del Espanyol.
Valle de Elda

Se dará una curiosa paradoja este próximo domingo, cuando el Espanyol visite el Nuevo Estadio Pepico Amat (14:00 horas), con más de 200 seguidores de su parte. Porque, por un lado, será la primera vez que juegue allí. Pero, por otro, resultará históricamente familiar. Al menos lo es el nombre del feudo del Eldense, ya que Pepico Amat además de leyenda local fue futbolista blanquiazul. Aunque fuera muy fugazmente.

Nacido en Elda el 10 de noviembre de 1917, tenía sólo 15 años José Amat Cerdán cuando se enroló en el Eldense –fundado en 1921 y, ahora mismo, el club decano de la provincia de Alicante–. Y con 22 contaba en el momento en que, poco después de finalizar la Guerra Civil, dio el salto a Primera División. Pero no fue al Espanyol, en principio, sino al vecino Hércules, en septiembre de 1940. Allí apenas duró unos días, hasta que el club perico le reclutó de urgencia, a raíz de que sus dos porteros (porterazos) de la época (y de época) se lesionaran: José Trías y Alberto Martorell.

Enseguida debutó Pepico Amat con el Espanyol, concretamente el 23 de septiembre de 1940 en un amistoso contra el Valencia, y también sería el titular en la meta durante las tres primeras jornadas de Liga. Patricio Caicedo lo alineó en el 5-0 inaugural en Sarrià frente al Oviedo, en la derrota por 7-1 en Vigo ante el Celta y en el triunfo por 2-1 al Murcia. El cuarto partido, un 4-1 en Chamartín contra el Real Madrid, ya lo disputó un Trías que se había recuperado de su lesión.

Fachada del Nuevo Pepico Amat.
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Fachada del Nuevo Pepico Amat.FITO GONZALEZDIARIO AS

Ya no volvería a jugar Amat con la camiseta del Espanyol, a pesar de lo cual figurará para siempre en su historia, y también en la plantilla que acabaría proclamándose subcampeona de una Copa de España que sí había conquistado la temporada anterior. Enseguida regresó al Eldense, donde seguiría forjando su leyenda local. Como futbolista y posteriormente de entrenador, con una salvación ‘in extremis’ del descenso a Segunda B la temporada 1956-57.

Poco después de su defunción, el 23 de diciembre de 1994, decidió ya el club de Elda poner el nombre de Pepico Amat al estadio, que continuaría con esa misma nomenclatura con el nuevo, inaugurado en 2012. No en vano, se trata del deportista más relevante que ha dado la ciudad, ya que además del fútbol fue entrenador del Club Balonmano Pizarro y estuvo vinculado al baloncesto y al Centro Excursionista. Y, cómo no, Pepico también fue perico.

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