El efecto Sellés se diluye
El técnico, una apuesta de máximo riesgo, cogió al Real Zaragoza a cinco puntos de la salvación, pero tras tres derrotas consecutivas la distancia ha crecido hasta los nueve puntos.
El efecto Rubén Sellés, si es que lo hubo en algún momento, se diluye a marchas forzadas en el Real Zaragoza, después de la tercera derrota consecutiva del joven técnico valenciano, una apuesta de máximo riesgo del director deportivo Txema Indias, y también de sus superiores, que se está revelando incapaz de resucitar a un equipo en caída libre, a nueve puntos ya de la salvación y cuya situación no deja de agravarse en cada jornada, pese al silencio y la inacción de los máximos responsables del club aragonés.
En medio de la crisis más grave de su historia, en este Zaragoza sólo habla su entrenador y un par de futbolistas, casi siempre los mismos, para intentar explicar, o más bien, justificar, cada derrota. Ni habla ya el presidente representativo Jorge Mas, que reside en Miami, ni el consejero delegado por la propiedad para la parcela deportiva, Mariano Aguilar, ni tampoco el director general Fernando López, ni tan siquiera el director deportivo Txema Indias, arquitecto principal de una plantilla incapaz de sostenerse en Segunda División. Sólo habla Sellés y para colocarse de lleno en el centro de la diana: “No estoy preocupado porque veo el día a día”. Una frase de imposible aceptación para una afición que ve hundirse sin solución a su equipo en la clasificación.
Sellés cogió al Zaragoza a cinco puntos de la salvación, pero después de tres derrotas la distancia ha crecido hasta los nueve puntos, una desventaja enorme con la frontera de la permanencia, aunque falten siete meses de competición. Una desventaja que sólo ha sido capaces de salvar el Las Palmas y el Cartagena en el historial de la Segunda División. Así que a Sellés se le empieza a acabar también el tiempo, como a López, Aguilar o Indias.
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El Zaragoza recibirá este domingo por la noche al Huesca, también en problemas, pero con nueve puntos más en la clasificación, en un partido que se juzga definitivo para el crédito de Sellés, cuya última ocurrencia, al margen de insistir en Raúl Guti como mediapunta, fue darle minutos a Bakis en Granada por delante de Dani Gómez, Bazdar o Kenan Kodro.
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