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LEGANÉS

El descenso del Leganés B deja en un limbo al filial y Carlos Martínez

En caso de que el entrenador no siga en el primer equipo, su retorno al equipo B, caído a Tercera, parece más complejo. También se debilita la posible subida de chavales.

06/05/23
CD LEGANES - SD HUESCA
CARLOS  MARTINEZ
Eduardo Candel ReviejoDIARIO AS

El Leganés ha dejado atada este fin de semana al 99% (falta la confirmación matemática) la permanencia en Segunda División. Buena noticia en un club que había temido por el infierno que, sin embargo, se mezcló con el sinsabor de ver como su filial perdía la categoría. El Leganés B perdió 2-0 ante el Atlético de Madrid B y, resultados mediante, regresó a la Tercera RFEF (quinta categoría del fútbol español) apenas dos años después de un ascenso que, para el Lega, fue oro. Una caída que, además, deja a Carlos Martínez, ahora técnico del primer equipo, en una suerte de limbo de cara a su futuro.

Limbo porque todavía no está claro si se quedará con los mayores (en el club deslizan buenas opiniones, pero aún está por decidir) o si, tras este periodo corto sustituyendo a Imanol Idiakez, el club lo apartará del primer equipo. En ese escenario, el retorno al filial se hace mucho más complicado, toda vez que Carlos Martínez ha demostrado que tiene un caché mayor que el de dirigir a un equipo en Tercera RFEF. Con la permanencia en Segunda RFEF el panorama habría sido diferente. Ahora la cosa no queda clara.

Siempre quedarán en el futuro alternativas mixtas, como sucedió en 2019, cuando con el fichaje de Javier Aguirre, Carlos Martínez no regresó al Leganés B para ser ayudante de Luis Cembranos, sino que continúo en el primer equipo en el staff del técnico mexicano. Ahora han pasado casi cuatro años y sucede que el extremeño ha crecido como técnico y el Leganés ha bajado de categoría. No es igual ser asistente en Primera División que serlo en Segunda. Todo cambia.

Golpe a un pilar básico

También la categoría desde la que ahora partirán los jugadores de una cantera que, tras el ascenso a Segunda RFEF en 2021, había vuelto a nutrir de manera regular al primer equipo. Seydouba Cissé es el mejor ejemplo. El internacional guineano emergió del filial el primer curso en la cuarta categoría para ser ahora pieza intocable de los mayores. Eso y algo más. Quizá su mayor activo deportivo. Algo parecido ha surgido con casos como Naim o Diego García, ambos cedidos (a Ponferradina y Fuenlabrada, respectivamente) pero con claras opciones de quedarse en el primer equipo el curso que viene.

Naim García, durante el Ponferradina - Leganés.
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Naim García, durante el Ponferradina - Leganés. Luis de la MataDiarioAS

Lalo, Navarro, Arauz y compañía seguían un camino similar. Ahora con el descenso del Leganés, los pepineros deberán decidir si algunos de estos valores emergentes se incorporan al primer equipo forzados por ese descenso o si, por el contrario, repiten políticas de cesión a otros equipos. En todo caso, el salto que habrá ahora entre el filial y los mayores será tan grande, que parece más complicado que se pueda ver esa regularidad en sus presencias con el equipo de Segunda División.