SD AMOREBIETA | SEGUÍN Y MARINO
“El club ha madurado desde la primera etapa en Segunda”
Los dos supervivientes del primer ascenso, Iker Seguín y Unai Marino, opinan que el único “pero” de esta experiencia es no poder jugar en Urritxe.
Las páginas más destacadas de la historia del Amorebieta se siguen escribiendo cada fin de semana. Su tan heroica como inesperada llegada al fútbol profesional en el verano de 2021 fue el inicio de un nuevo capítulo. Sin embargo, la montaña rusa que ha vivido el club en estos dos años con el éxito del ascenso y el posterior descenso, ha quedado reflejada en los constantes movimientos en la plantilla tanto en la puerta de salida como en el apartado de llegadas. Entre toda esa vorágine hay dos supervivientes del primer ascenso: Iker Seguín y Unai Marino. Dos historias alejadas, pero ligadas a un mismo color azul que ha querido conocer de cerca Diario AS.
Por un lado, el capitán de los azules, Seguín, vive su novena temporada en el Amorebieta. Desde que llegara en el verano de 2015 al cuadro de Urritxe, ha sufrido la crítica situación del club al borde del abismo y ha celebrado los mayores logros con el honor de levantar el título de campeón de Primera RFEF: “Esto era impensable. Ni en mis mejores sueños. Vivir a 10 minutos de casa, Eibar, y estar en el fútbol profesional vale por dos. Mucha gente tiene que moverse y yo sigo en mi entorno, con familia y amigos, y eso es oro. Estoy disfrutando como un niño”. A sus 34 años, mantiene su ilusión intacta y una exquisita zurda que tantas alegrías ha dado a la afición zornotzarra: “Espero aguantar más todavía”.
El lateral eibartarra repasa la evolución del club zornotzarra en sus nueve temporadas de azul: “Hay que mirar mucho hacia atrás. Es el mismo club, pero han cambiado muchas cosas. Era un club que no hacía las cosas como se tenían que hacer y al final se pagaron las consecuencias. Cuando llegó Jon Larrea y su entorno hubo un verano movidito, pero hacer bien las cosas, da sus frutos. Nadie esperaba esto, pero ahora tenemos que disfrutar e intentar mantenernos los máximos años posibles”.
Por su parte, Marino tuvo la suerte de llegar y besar el santo. Cuando firmó con el Amorebieta en enero de 2021, resultaba imposible imaginarse que ese mismo verano conseguirían el ascenso a la categoría de plata. Y al año siguiente jugara un papel fundamental en Segunda dejando paradas para el recuerdo. Dos años y medio llenos de éxitos: “Llegué en enero y en mayo ascendimos a Segunda. A mi me cambió la vida. Yo venía de Tercera División y en menos de cinco meses estaba en Segunda. Este club tiene algo especial. Hasta que no estás dentro del vestuario del Amorebieta no te das cuenta de lo grande que es”.
A sus 23 años, el ondarrutarra pelea ahora con otros dos jóvenes porteros con gran proyección, una situación muy diferente a la anterior etapa: “Aquel año tenía claro que sería el tercer portero y trataba aprender de dos porteros con una trayectoria importante como Santamaría y Saizar día a día. Ahora, este año los tres podemos estar más igualados de nivel y también intentamos aprender el uno del otro. También creo que de aquel año a este he cambiado mucho como portero, soy diferente.
Aprendizaje y profesionalización
En apenas dos años, la SDA ha sufrido un cambio notable en diferentes aspectos como la confección de la plantilla. “El club aprendió de la primera etapa en Segunda y ahora ya sabe por donde hay que tirar. La gente que ha venido lo ha hecho con mucha hambre y se está notando”, señala el capitán azul. Un crecimiento que también ha vivido Unai Marino: “El club ha madurado mucho. En muy pocos años se ha ido profesionalizando, desde aquel ascenso de hace dos años han cambiado algunas cosas y hay otra estructura”.
Dos etapas tan distintas en Segunda como los propios ascensos que han permitido vivir este sueño. Seguín opina que “son totalmente diferentes por el formato que hubo por la pandemia”, pero eso no quita que sean igual de meritorios: “El quedar primeros o ser regular todas las jornadas es difícil de conseguirlo, igual que ir a Badajoz y arrebatarles el ascenso”. El cancerbero de Ondarroa insiste en la complejidad de “ganar cualquier liga siendo campeón de toda la Primera RFEF”. El logro de el pasado curso es “diferente porque se ha mantenido la regularidad durante el año y el premio ha sido el ascenso”.
Únicos supervivientes
En el verano de 2022, tras confirmarse el descenso del Amorebieta a la categoría de bronce, fueron los únicos que continuaron formando parte del proyecto zornotzarra. “La Segunda fue un escaparate para todos, nos abrió muchas puertas”, apunta un Marino con las ideas claras: “Desde que acabó el partido de Cartagena quería seguir aquí, ser importante y volver a luchar por ascender”. Por su parte, el zurdo de Eibar desechó otras propuestas: “Cada jugador toma decisiones para su propio bienestar, es lógico. Sí tuve alguna oferta para salir al extranjero, pero hablé con Asier Goiria y llegamos a un acuerdo”.
Lezama por Urritxe
El capitán del Amore no duda: “El único ‘pero’ que le pongo a todo esto es quitarte Urritxe, porque es algo especial para el jugador que viene a jugar. En mi caso, que llevo 9 años, tener que volver a Lezama es buena señal, pero te da ese punto de tristeza por no estar en el pueblo jugando”. No sólo por el arraigo del futbolista, también “por los aficionados que tienen que desplazarse” y por el juego: “Es diferente por dimensiones, tipo de hierba, cambia mucho el estilo de juego, el control, el pase y hay que adaptarse lo antes posible”.
Asimismo, añade sobre su nuevo feudo: “No fuimos a conocerlo hasta dos días antes, pero la gente se va a adaptar rápido y vamos a hacer un fortín”. Una opinión en la que coincide plenamente Marino, que comenta: “Todas las historias felices tienen un ‘pero’ y el nuestro es que no podemos jugar en nuestra casa de Urritxe. Cambia todo y el hecho de no poder entrenar en el campo de competición se nos hace un poco más complicado”.
La ilusión por bandera
Si algo ha caracterizado siempre a este humilde club es la ilusión y ambición que muestran en la búsqueda de sus retos. Este año no es una excepción. “Las sensaciones son buenas ya desde la pretemporada” comenta el lateral azul. Durante estos meses ha sentido que “la gente se ha acoplado muy bien al estilo que quiere el míster” y desea con ansia “que el club pueda mantenerse muchos años en esta categoría”. Una exitosa labor coral que tiene numerosos artífices remando en la misma dirección, tal y como asegura Marino: “El trabajo de todo el club es muy bueno y el vestuario está unido y muy ilusionado por hacer una buena campaña”. Una temporada por delante para cumplir el sueño de todo un pueblo.