El círculo vicioso del Espanyol
El conjunto perico vive en una montaña rusa: las derrotas son un drama y las victorias, euforia. Pese a ello, depende de sí mismo para subir directo a Primera. Y tiene al pichichi de Segunda: Braithwaite.
Bendita locura ser del Espanyol”. El club perico, maltrecho institucionalmente, se empeña en no morir y, cada 15 días, vive una resurreción. Coincide en que todo lo que pierde fuera lo recupera, después, en casa y así está tratando de dar qué hablar en Segunda. El conjunto de Ramis, tras su triunfo ante el Mirandés, ha recuperado el estatus de equipo que mira hacia arriba en la tabla y en el vestuario están donde quieren: dependen de sí mismos para ascender de manera directa a Primera División.
Es cierto que el Espanyol, actualmente, es tercero en la tabla. Pero este sábado visita al Eibar, que es segundo y le aventaja en solo dos puntos. Por lo tanto, los números salen de manera que si se logra un triunfo, el bloque perico volverá a ser equipo de ascenso directo. La teoría está clara, ahora tocará llevarlo a la práctica y ahí el asunto se complica. Primero porque el equipo de Ramis está acosutumbrando a su afición, de manera peligrosa, a dar una de cal y otra de arena. Y segundo, que a domicilio se deshace. Tanto que solo ha sumado 13 puntos en los 13 encuentros disputados fuera y la última victoria fue el 5 de octubre de 2023, ante el Cartagena (0-2).
El encuentro contra el Eibar del sábado será clave para el presente y el futuro del Espanyol y es que un triunfo le devolverá a los puestos de ascenso directo, esos que no pisa desde la jornada 12. Demasiado tiempo que el bloque de Ramis espera dejar en el olvido y poner el contador en positivo. Lo cierto es que esta semana, por lo menos, será tranquila en el bando blanquiazul. El equipo es una montaña rusa donde lo ideal sería encontrar la regularidad, pero parece misión imposible. Cada derrota es un drama y tras las victorias vuelve la euforia. Esta semana toca alegría y es que el triunfo ante el Mirandés fue tan balsámico e importante que se espera que sea un punto de inflexión. Toca sacar a la luz, para dejar atrás la oscuridad, los datos buenos de este Espanyol y uno de ellos es que, junto al Burgos, es el mejor local de la categoría. Los pericos, en 14 partidos han sido capaces de sumar 31 puntos. El balance, nueve victorias, cuatro empates y solo una derrota.
Pero hay más argumentos que hacen pensar que este Espanyol puede, pese a todo, creer en el ascenso directo. Y es que tiene en su bando al pichichi de Segunda: Martin Braithwaite. El danés acumula ya 16 tantos (ha participado en el 40 por ciento de los goles pericos) y está demostrando ser el líder que se espera de él. Está en un momento dulce porque ha logrado siete goles en sus últimos cinco partidos y, no menos importante, está sabiendo controlarse a nivel disciplinario porque lleva tres jornadas apercibido de sanción. Acumula cuatro amarillas y si ve una más tendrá que cumplir un duelo de sanción. Braithwaite es, ahora mismo, el jugador que rema con más fuerza en este Espanyol.