El Castellón evita polémicas con la RFEF
El club acata con cierta indiferencia la sanción del CTA a Voulgaris, prefiere no entrar en polémicas y poner énfasis en el lo verdaderamente importante, el proyecto de la ciudad deportiva
El Castellón ha decidido mantener un perfil bajo tras la reciente inhabilitación de su presidente, Bob Voulgaris, por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Esta decisión surge como resultado de los comentarios del directivo hacia el colegiado durante el partido disputado contra el Albacete, donde calificó la actuación arbitral como “una jodida vergüenza”. La sanción no se limitó a una penalización económica; la RFEF ha inhabilitado a Voulgaris por un período de 15 días, lo que ha sorprendido a la entidad albinegra.
A pesar de la gravedad de la situación, el club ha optado por no entrar en polémicas y ha decidido centrarse en aspectos más constructivos. Fuentes internas del Castellón subrayan que lo más importante ahora es la presentación del proyecto de la nueva ciudad deportiva, considerado como una meta prioritaria en la gestión actual del club. La dirección siente que, en este momento, es más beneficioso avanzar en iniciativas que contribuyan al futuro del equipo, en lugar de desviar recursos y energía hacia una controversia que, aunque significativa, está lejos de ser el foco principal.
La RFEF, al hacer pública la inhabilitación, ha dejado claro que la protesta de Voulgaris no se quedó en el ámbito administrativo, sino que llevó a medidas más severas, incluyendo el impedimento de su participación como representante institucional en la presentación del nuevo proyecto. Este aspecto ha generado cierta preocupación entre los miembros de la directiva castellonense, pues el evento estaba programado para ser un hito en la historia reciente del club.
No obstante, desde el Castellón se asegura que, aunque Voulgaris no podrá ejercer formalmente su cargo durante estos 15 días, tiene la libertad de asistir al partido del próximo fin de semana ante el Racing de Santander. Sin embargo, no podrá representar al club ni tomar decisiones que comprometan su posición. Esta moderación frente a la controversia refleja una estrategia deliberada del club para evitar tensiones adicionales con la RFEF y mantener la estabilidad interna.
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Al final del día, lo que prima en la agenda del Castellón es el desarrollo y la proyección de su nueva ciudad deportiva, un proyecto que promete ser fundamental para el crecimiento y fortalecimiento del club en la comunidad y en el ámbito futbolístico. A medida que las aguas se calman, la entidad parece decidida a seguir adelante sin dejarse distraer por incidentes pasados, reafirmando su compromiso con el futuro y la mejora constante.
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