El Cartagena lo puso en bandeja
No quiero sonar soberbio, pero creo que Julián Calero tiene trabajo por delante. Es imposible explicar la victoria del Racing en Cartagonova sin reconocer que el Cartagena lo puso fácil, muy fácil. Sólo hay que analizar cómo fueron los tres goles y la suma facilidad (al menos desde fuera) con cómo se dio.
Con qué facilidad le ganó Andrés Martín la espalda a toda la defensa en el 1-1, cómo Alcalá se cargó a Peque en el penalty que supuso el 1-2 o cómo Peque remata sólo casi en el área pequeña en el tercero. Pero no sólo eso, porque al final la mayoría de goles en el fútbol llegan por desajustes, sino la sensación que transmitieron, especialmente los cinco minutos que transcurrieron desde el 1-2 hasta el 2-2, era de que el Racing podía sentenciar cuando quisiera. Sólo con ir Arana y Peque a la presión, daba la sensación de que los dos centrales y Musto se la regalaban.
No sólo defendió mal el Cartagena...
Pero que el resultado no nos cambie el análisis (el “que los árboles no impidan ver el bosque” futbolístico), no me gustó el Racing sin balón. Cuando a veces hablamos de defender, el subconsciente nos lleva directamente a señalar a los defensas, pero creo que el problema de raíz estuvo una línea por delante.
En la primera parte (especialmente), los de José Alberto estaban desajustados por la izquierda: Iñigo Vicente no seguía a Iván Calero, Grenier nunca llegaba a la ayuda y Ortuño (perro viejo y buen delantero) siempre buscaba la debilidad que se generaba entre Mantilla y Saúl. Sólo la falta de acierto del ariete de los cartageneros, que tuvo una clarísima con su pierna menos hábil y algún que otro remate de cabeza, la ha permitido al Racing cantar sus primeros tres puntos a domicilio.
Peque: jugador menudo y menudo jugador
Titulé mi artículo de "Aprobados y suspensos" con él: Peque, pero matón. Y es que, así es. Gerard Fernández ya se ha soltado y nos ha mostrado su repertorio y de lo que es capaz. En la mediapunta, en su puesto.
Peque desequilibró el partido y su doblete fue fundamental para que el Racing pudiera celebrar sus primeros tres puntos lejos de El Sardinero. Su ejecución del penalty fue de auténtico especialista, sin ser un cañonazo (como el del gol del Sporting o el que armó en el segundo tiempo) fue imposible para Marc Martínez, y eso que adivinó el lado. El gol de cabeza, más allá de la anécdota de que remate de cabeza el de 1'70 detrás del de casi 2 metros, fue más por su inteligencia en la colocación.
Es joven, acaba de soplar 21 velas y el Racing lo tiene atado hasta junio de 2025. Cuando Romo lo fichó por consejo de Leo Bermejo, agente de ambos, me pareció un fichaje (explicó el entrenador que era "delantero centro puro") no muy fácil de entender. Ahora, con la perspectiva del tiempo no tengo dudas: fue su mejor fichaje.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.