El calvario de Vadillo

La temporada de Álvaro Vadillo está vista para sentencia. El último día de mercado de verano, el extremo firmó en el Racing de Ferrol por dos años tras su periplo la pasada campaña cedido en el Eibar con el fin de reconciliarse con el fútbol. Su objetivo estuvo claro desde el primer día, “recuperar la ilusión perdida” como afirmó en la rueda de prensa de presentación, pero lejos de conseguirlo, ha firmado un año prácticamente en blanco sin conseguir reivindicarse.

Desde febrero, se trata en Cádiz con su médico de confianza de una lesión de rodilla que no le permitía poder rendir en condiciones. El club anunció en su marcha que “el jugador permanecerá en la localidad andaluza el tiempo necesario para alcanzar una recuperación total y siempre bajo los galenos del Racing”. Después de dos meses, no ha conseguido recuperarse al cien por cien y una vez más, cierra el telón a una temporada de forma decepcionante golpeado por las lesiones.

Su fichaje por el Racing de Ferrol no ha sido el bálsamo reparador que Vadillo buscaba tras varias campañas grises en su carrera. En el conjunto gallego, firmó por dos temporadas, pero es probable que club y jugador lleguen a un acuerdo para separar sus caminos sin cumplir el año restante de vínculo entre ambos. Sería su segunda rescisión de contrato consecutiva, después de salir del Espanyol la pasada temporada a falta de un año de compromiso con los pericos. Los catalanes habían pagado 1,8 millones en 2021 al Celta por su fichaje y se marchó de Barcelona con tan solo 231 minutos disputados en dos temporadas. Posteriormente jugó cedido en el Málaga donde encontró mayor continuidad con 911 minutos desde febrero y en Eibar también a préstamo la pasada campaña con solo 488′.

Sin pena ni gloria

En el Racing no consiguió convencer a Cristóbal Parralo ni en la banda izquierda ni tampoco en la derecha tras la marcha de Carlos Vicente. El jefe del banquillo de A Malata apostó por Vadillo hasta en siete ocasiones de titular, cinco en LaLiga y dos en Copa, pero sin regularidad y sin consistencia en su juego, no fue capaz de hacerse un hueco en el equipo. Disputó un total de 420 minutos en ambas competiciones y su único destello positivo, fue el tanto que anotó al Cartagena en la recta final del partido en A Malata para salvar un punto para el Racing.

Su última aparición con los gallegos data del pasado 4 de febrero, cuando disputó los últimos minutos del partido contra el que precisamente había sido su último equipo, el Eibar. A finales de ese mismo mes, puso rumbo a Cádiz para tratar su lesión en la rodilla que desde hace años viene siendo un quebradero de cabeza para el extremo gaditano. Carlos Mouriz, director general del club, justificó en su última aparición pública la marcha de Vadillo. “Tiene mi autorización desde el primer momento. Allí tiene un sol que no hace aquí y me imagino que también los años son los años, pero encontrarte a veces solo en un sitio distinto, cuando no estás jugando porque tienes molestias, eso no suma. Está cargando las pilas con su familia, entorno y básicamente lo que tiene es una persona de confianza para potenciar y mejorar la rodilla. Aquí se puso factores de crecimiento para tratar de estar y no es cuestión de que no quiera es que la lesión no se lo permite”, esgrimió.

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