El Burgos vuelve a sonreír tras su victoria ante el Racing
Llevaba sin ganar en El Plantío desde hacía dos meses y medio cuando ganó al Andorra. No había vencido en los últimos cuatro partidos en casa.
El objetivo de Julián Calero era parar el golpe que el Burgos había recibido en la segunda vuelta de la temporada y que le había apartado de las primeras posiciones en la clasificación. El triunfo ante el Racing de Santander ha supuesto un alivio para los aficionados y para un vestuario que necesitaba sumar de tres en tres. Con ese triunfo el equipo se sigue manteniendo en la lucha por la sexta plaza y sueña con jugar la promoción de acenso a Primera División.
En las cuatro últimas jornadas en casa había sumado tres empates ante Sporting, Albacete y Las Palmas y una derrota frente a Granada; no ganaba desde el 15 de enero, cuando superó al Andorra por dos goles a uno, por lo que el entrenador madrileño ha valorado esta victoria de una manera especial porque, en caso contrario, su equipo se hubiera quedado en tierra de nadie y porque, a falta de ocho jornadas, se puede lograr el primer el objetivo de la temporada que es la permanencia. Ahora suma 49 puntos cuando siempre se habla de la barrera de los 50 para certificar la presencia una temporada más en la categoría.
Tras la permanencia, el segundo objetivo es superar la puntuación del año pasado, que llegó hasta los 55 puntos. Están a seis de distancia cuando restan ocho jornadas por jugarse. Otro de los avances importantes es que algunos jugadores lesionados están volviendo al equipo como fue el caso de Bermejo, que disputó unos minutos de la segunda parte tras cuatro ausencias consecutivas. Se espera que esta semana pueden hacer lo mismo Gaspar Campos y Grego Sierra para poder afrontar el encuentro frente al Huesca en El Alcoraz.