ESPANYOL

El balón parado, un argumento diferencial del Espanyol

Los blanquiazules han anotado dos de los tres goles desde el córner, una faceta de juego que la temporada pasada no le dio demasiados réditos a comienzo del curso.

Calero celebra el gol.
Alberto Martínez
Licenciado desde 2006 pero escribiendo crónicas desde 2003. En AS desde 2005, donde informa del Espanyol y de polideportivo, especialmente de deportes acuáticos. Ha estado en tres Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Natación y tres Europeos. Autor del libro ‘Jesús Rollán eterno’.
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En Albacete fue Fernando Calero, en un saque de esquina en corto en el que combinaron Nico Melamed y José Carlos Lazo, quien centró a Leandro Cabrera hasta que el balón le llegó al vallisoletano, que metió la pierna derecha para hacer el 0-1. El sábado pasado ante el Racing de Santander le tocó a Pere Milla, de cabeza en el primer palo a centro de Melamed. Un remate seco, cruzado, limpio, en otra jugada de pizarra de Luis García. El balón parado puede convertirse también en un argumento diferencial del Espanyol esta campaña.

La anomalía que ocurrió el curso pasado se ha corregido. Durante toda la campaña se dieron señales de que no funcionaba este juego de estrategia. Ya en octubre, con nueve goles recibidos a balón parado en solo 11 jornadas, el equipo de Diego Martínez dobló al segundo en esa suerte, Osasuna con cinco, y se dejó por el camino siete valiosísimos puntos. El pasado febrero, después del mercado de invierno cuando las ilusiones del Espanyol se renovaron y nadie esperaba el desenlace final, un dato arrojaba preocupación: el Espanyol era el equipo que más goles había recibido en jugadas de estrategia (sin penaltis) y el segundo que remataba menos porcentaje de los córners o faltas que colgaba al área. El balón parado como piedra a lo Sísifo que se fue arrastrando hasta el final de curso, pese a la mejora en el aspecto ofensivo con la llegada de Luis García.

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El abanico de jugadas se ha podido consolidar esta campaña con la pretemporada y con el libreto del técnico. Con un lanzador tan preciso como Nico Melamed, el Espanyol cuenta con dos centrales imponentes en el balón parado de segunda, como Leandro Cabrera y Fernando Calero, a los que hay que añadir a César Montes en caso de que finalmente forme parte de la plantilla (el curso anterior anotó tres tantos en 20 partidos). Hay que añadir otros rematadores como Javi Puado o Martin Braithwaite, al margen de Nany Dimata, aunque estos dos últimos atacantes acabarían fuera de la entidad según sus intenciones y si reciben ofertas que cuadren con lo que pida la entidad blanquiazul.

Hay que añadir también la precisión en los centros de Brian Oliván y de Salvi Sánchez, como complementos a Melamed, y la facilidad de Pere Milla para posicionarse en el área y rematar, como demostró el sábado. Un argumento que puede ser diferencial, como ocurrió ante Albacete y Racing para abrir la lata.

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