El Andorra se rebela
La lucha por la salvación es una montaña rusa emocional y el bloque tricolor, tras ganar al Burgos, está de subidón. Jandro fue claro: “El equipo empuja, quiere y tiene ganas”.
El Andorra ha elegido creer en la salvación. El bloque tricolor, con su triunfo ante el Burgos (1-0), demostró estar vivo, tener orgullo y es que no quiere descender a Primera RFEF, si al final se produce, sin pelear. El tanto de Jon Karrikaburu, en el minuto 94, fue una explosión de alegría para un conjunto que está sufriendo mucho esta temporada. Y lo que le queda aún si quiere salvar la categoría porque la papeleta no es nada sencilla. Faltan dos partidos para acabar la Liga (seis puntos) y la permanencia la vislumbra a cinco. En el vestuario tienen claro el mensaje: “Es difícil, pero no imposible”.
El Andorra no depende de sí mismo porque son cinco los puntos que le distan, actualmente, de Mirandés y Huesca, que son quienes marcan la permanencia, pero lo que es innegociable es que necesitan ganar los dos encuentros de Liga que le restan (ante Oviedo y Racing de Ferrol) para mantenerse con vida y tener esperanzas de que se obrará el milagro. Jandro Orellana fue el elegido para mostrar el sentir de la plantilla tras vencer al Burgos y fue claro: “Nosotros hemos de preocuparnos, primero, de nostros mismos. Se vio a un equipo con ganas de luchar hasta el final y la línea a seguir es clara: lo importante es el día a día para poder pelear todos los partidos y después las matemáticas dirán”. El gol de Karrikaburu, en la última jugada del encuentro resucitó a un bloque que (casi) tenía los dos pies en Primera RFEF. Jandro advirtió que “el tanto lo empujamos todos, dimos fuerza a Karrikaburu y es que hemos creado un gran grupo humano. Somos una familia”.
La victoria es oxígeno, pero queda mucho por remar. El fantasma del descenso no ha abandonado el Estadi Nacional y es que el tiempo corre en contra del Andorra. En la próxima jornada, la situación será idéntica a la de este fin de semana: todo lo que no sea ganar al Oviedo no servirá a los tricolores. Y también tocará tener un ojo en los encuentros de Mirandés, que visitará el Albacete, y Huesca, ante el Cartagena. Jandro quiere vivir el día a día y lo hace con optimismo porque “el equipo empuja, quiere y tiene ganas. Somos conscientes que la situación es difícil, pero el ruido de fuera no nos interesa. Con la actitud que mostró el equipo estaremos más cerca de conseguirlo. Hay que creer hasta el final”.
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