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Desconfianza y acusaciones entre clubes, la otra cara del mercado

Tensión y enfado entre los equipos de Segunda por sus límites salariales y las tácticas de la multipropiedad, a los que LaLiga ha controlado para evitar que burlasen el fair play financiero

29/03/19 Asamblea de Clubes celebrada LaLiga JAVIER TEBAS RUBIALES
PABLO MORENODiarioAS

Tensión, desconfianza y enfado. Ese es el escenario actual entre los clubes de Segunda tras el cierre de mercado de fichajes. Algo que suele ser habitual cuando durante semanas se ha estado peleando por hacerse con los mismos jugadores. Unos y otros recelan del contrario y de sus tácticas para fichar. Sospechas que aumentan cuando de por medio hay equipos que pertenecen a multipropiedades. A los que acusan en petit comité de hacer trampas y burlar el control económico con salarios irreales, mientras que por detrás tienen pactado nóminas más suculentas. LaLiga, ante este escenario, ha impuesto un minucioso examen a todas las operaciones y tiene un plan por si se da el caso de que alguno burle la norma y sea cazado. Y, en algunas casos, ya ha subido la tasación de los salarios tras llevarlo ante un comité de expertos.

Los recelos con las multipropiedades

Son varios los clubes de Segunda que están molestos con los equipos multipropiedades, aquellos que pertenecen a un grupo compuesto por varios clubes o que comparten accionistas. “Hay jugadores a los que no hemos podido fichar porque no podemos pujar contra ellos...”, protesta un presidente de Segunda a este periódico. Que añade: “No se nos aplica el mismo nivel de control. A unos sí y a otros no... Si LaLiga se pusiera más firmes con el resto...”. La presencia de las multipropiedades en España es cada vez es más frecuente y sus tácticas a la hora de fichar crean muchos recelos entre el resto. Es muy común ver cómo clubes españoles reciben la cesión de un futbolista contratado por una entidad del mismo grupo que compite en México o Estados Unidos. “No puede ser que allí cobren uno o dos millones y aquí luego se les inscriba por sueldos 300.000 o 400.000″, se queja otro presidente a AS. Y prosigue sobre la otra táctica que denuncian: “A alguno le fichan ahora en el club de España por un sueldo bajo, pero en un año o dos le prometen estar en el otro país cobrando una barbaridad…”. Incluso alguno deja caer la duda sobre los pagos en negro.

Esa desconfianza no solo llega por esos fichajes, sino también por cómo se les aplica a ellos el control económico. “Hemos fichado a jugadores que cobran 400.000 o 500.000 y LaLiga nos computa en el límite salarial 100.000 o 200.000 más porque proceden de una liga que está en un listado que tienen. Pero México, por ejemplo, no está en esa lista y no se controla tanto los fichajes como a los otros…”, apunta. Y reivindican: “El problema no es que sean una multipropiedad. Vale que tengan otro club, pero deben enseñar toda la documentación de la operación, el contrato laboral que tienen en el otro país para ver lo que de verdad cobran. Se tienen que poner firmes y se aplique a todos de la misma manera”. Hay algún presidente que reclama ponerse más serios y ser tajantes con todos los que tratan de burlar el control económico: “El reglamento disciplinario es muy benévolo. Al que haga trampas, hay que restarle puntos en la clasificación”.

La regla de la discordia

El listado de países y el motivo por el que a varios jugadores se les obliga a computar más salario en el límite salarial viene recogido en el artículo 41 del control económico. Es una norma exclusiva para Segunda División que pidieron en su día los propios clubes de dicha categoría. Entonces, como sucede ahora, se denunciaban la forma de fichar de ciertos equipos. Se acusaba a ciertos equipos de fichar jugadores de cierto nivel pagando parte de su salario en b. Lo que llevó a crear una regla por la que si un jugador cumplía ciertos requisitos (haber jugado en competiciones europeas las últimas temporadas, haber ido con su selección, haber jugado en primera división de las grandes ligas, etc), su ficha debía ser como mínimo el 50% del salario que venía cobrando en las dos últimas temporadas. Es decir, si cobraba un millón en Grecia, como mínimo si fichaba por un club de Segunda le computaba como 500.000 euros para el límite salarial. Aunque, como toda norma, tiene sus excepciones, como que dicho jugador ya supere los 36 años.

Bloqueo a las posibles trampas

Si bien es cierto que México no está en dicho listado de países por los que se debe computar ese mínimo 50% del salario de las dos últimas temporadas, LaLiga sí que cuenta con un mecanismo paralelo para evitar que se puedan hacer trampas. Lo hacen a través del Órgano de Validación, que vigila todas las operaciones de los equipos multipropiedad. Todos los fichajes que hacen equipos como Oviedo, Sporting y Zaragoza pasan por ese trámite. Y durante este verano ha obligado a subir la tasación del salario a varios de los fichajes de Segunda que procedían de un club multipropiedad. Su trabajo consiste en tasar el valor de mercado de ese fichaje, si no coincide con el que dice el club que lo trae, se le sube de cara al límite salarial. Es decir, si ponías que le vas a pagar 500.000 euros y dicho comité señala que su sueldo en el mercado debe rondar los 700.000, LaLiga le computa en su límite salarial 200.000 euros más. Lo que le deja menos margen para fichar.

Pero no solo se queda ahí el control sobre las multipropiedades también vigilan un posible fichaje encubierto. Es decir, que su club en México, EE UU u otro país fiche a un jugador para no tener que declarar aquí el precio de traspaso y luego cederle a España para que solo se le compute el salario. LaLiga si ve que un jugador del grupo empresarial repite cesión en el club que tienen aquí en España, en la segunda temporada ya no solo le computará su salario, sino también la amortización por fichaje. Pongamos un ejemplo: un club norteamericano ficha a Pepe por 10 millones para cinco temporadas (lo que supone una amortización de 2M€ por campaña) y luego lo cede a su equipo hermano que tiene en España. En la primera cesión solo le computa el salario (500.000 euros) en el límite salarial, pero al siguiente año vuelve a estar prestado, LaLiga lo considerará un fichaje encubierto. Lo que le llevará a asumir en su límite salarial los 500.000 de salario y los 2M€ de amortización de fichaje.

En tercer lugar, LaLiga tiene preparada una vía para si algún equipo pretende engañarles con el salario de jugador y se descubre cuando regresa a un club que está en el extranjero. Es una situación que a día de hoy no se ha dado, pero que la tienen prevista por si sucede. Si en España estaba cobrando 500.000 y luego se marcha a Estados Unidos y empieza a cobrar un millón y medio, se llevará el caso al Órgano de Validación para que analice si en su día se pagó de menos respecto al valor de mercado de dicho jugador. Si determina que sí, aunque dicho jugador ya no esté en España, se le computará a dicho club que engañó al control económico la diferencia que en su día no asumió, perjudicándole su límite salarial de ese año con un futbolista que no estará.

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