Del adiós a Melamed y la ambición europea de Braithwaite al dardo de Milla al Barça
Los discursos improvisados de los jugadores y del entrenador del Espanyol a pie de césped en Cornellà estuvieron repletos de mensajes de agradecimiento, futuro… y también anticulés.
Hacía ya prácticamente dos horas que había terminado el partido, y quedaban ya pocos centenares de aficionados en el estadio, casi todos congregados en la zona de la Grada Canito. Los fuegos artificiales propios de la verbena de San Juan, ya con noche cerrada en Barcelona, se confundían con los festejos. Y los jugadores y el entrenador del Espanyol regresaron al terreno de juego para lanzar una serie de parlamentos, la mayoría con mensaje.
Fue Nico Melamed uno de los primeros en agarrar el micrófono, confirmando lo que era un secreto a voces: su marcha (al Almería). “Han sido circunstancias de la vida, ojalá hubieran sido mucho más. Sois mi club, sois mi casa y sois mi gente. Os voy a querer siempre”, justificó el canterano. Le siguió otro producto de la cantera, de la Ciudad Deportiva Dani Jarque, un Joan García inmenso en el tramo final de Liga y los playoff. “Vamos a disfrutar del año en Primera, que seguro lo vamos a pasar muy bien”.
Cantaba Edu Expósito el “Manolo, quédate”, y el entrenador tomó el turno de palabra: “Habéis estado impresionantes toda la temporada ayudando al equipo siempre. Los pericos estáis siempre ahí. Muchas gracias, disfrutadlo porque esto tiene mucho más mérito de lo que parece. Es muy jodido, hemos sufrido mucho y ahora toca disfrutar. ¡A Primera!”, exclamó Manolo, que acabó cantando “¡Es culé el que no bote!”.
“Lo mejor de Barcelona es ser del Espanyol”, afirmó Omar El Hilali, en un guiño acaso al primer entrenador de la temporada, Luis García, creador de esa frase. Y Pere Milla lanzaba un auténtico desafío al barcelonismo: “El año que viene jugaremos 20 partidos en casa: 19 aquí y otro en Montjuïc”.
Tampoco se escondió Martin Braithwaite, quien también lanzó dardos a la directiva, aun sin mencionarlos: “Es un club muy grande, tenemos que ser muy ambiciosos. Este club tiene que luchar cada año por ir a Europa. Esto no es así, pero tenemos que poner objetivos muy altos, porque somos el puto (sic) Espanyol y merecemos estar en Europa”. “Nunca se sabe qué pasa en el fútbol, pero de corazón soy perico para siempre”, concluyó el danés, pichichi de Segunda con 22 dianas.
“Ojalá hayamos aprendido de todo, de lo bueno y de lo malo”, lanzaba Leandro Cabrera, cuyo compañero de defensa, Fernando Calero, ensalzaba: “Cuando estamos afición y equipo juntos somos muy fuertes, ningún otro equipo se nos compara”. Y cerraba Brian Oliván con un precioso recordatorio: “Me quería acordar de nuestro compañero Jofre, que esta temporada perdió a sus padres y seguro que están muy contentos desde ahí arriba”.
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