Decepción de verano en Tel Aviv

La era Borja Jiménez se estrenó en el Leganés con fiasco de verano. Derrota por la mínima y en el último minuto en la histórica visita (primera vez en Israel) que los pepineros hicieron al Hapoel de Tel Aviv para festejar su centenario. Cáscara de boato hueca en su interior. No fue el partido espectáculo entretenido. Normal a estas alturas de verano, con apenas semana y media de entrenamientos en las piernas de los blanquiazules. Y aún así, fueron dominadores del choque, con ocasiones claras para marcar en las botas de Raba, Diego García o Manu Garrido. El estreno de los fichajes, los chispazos de algún canterano y el análisis de la pizarra con la que empieza a intentar gestar su proyecto el preparador abulense, únicos detalles que echarse a la boca en este estreno estival que acabó con un gol sobre la bocina. Cohen de cabeza (90′) colándose entre los centrales tumbó al Leganés cuando el choque atufaba ya a armisticio estival.

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Lucía el Bloomfiel Stadium (29.400 espectadores de capacidad) aspecto de pseudo gala (mucha fiesta, no tanta gente) mientras el calor húmedo de Tel Aviv se masticaba pegado a las camisetas de unos jugadores que parecían haber pasado por la ducha antes del partido, no después. Pura pretemporada. Y aun así, ya desde la alineación se atisbaban novedades para enganchar al ávido hincha pepinero con este Leganés que, por ejemplo, volvía al dibujo del 4-3-3, el sistema con el que hace un año arrancó Imanol Idiakez, pero que tuvo que desterrar por falta consistencia.

En los nombres, algunas novedades. Chicco fue el único fichaje que se estrenó de titular apenas cuatro días después de anunciarse su llegada a Leganés. Estuvo discreto el argentino. Más participativos los canteranos. Con Diego García reestrenándose como ‘9′, Alex Gil, Arauz y Kayondo pusieron la presencia de los chavales en el arranque. Éste último, por cierto, es apuesta de Blue Crow Sports, que lo pescó de sus castings por África y ahora lo luce como alternativa para el lateral zurdo. No desentonó. Dani Jiménez ganó la primera ‘partida’ en la pugna por la portería con Diego Conde y Josema la de ejercer en el costado zurdo del eje de la defensa.

Raba, galones de líder

Probaturas entre las que no se incluía a Dani Raba. Él es fijo. Hombre al que los galones le germinarán esta temporada con las salidas de hombres de peso como Juan Muñoz o Arnaiz. De éste último heredó el 10 que lució a la espalda para ser alfa y omega pepinero en el primer tiempo. Lo bueno. Lo malo. En lo primero, gestó las dos ocasiones más claras para los pepineros.

Un zurdazo lejano que repelió Zubas como pudo y que en el rechace no embocó Arauz llevó su firma directa. Indirecta fue la asistencia con la que dejó sólo a Diego García. El toque leve de un defensa le impidió rematar mano a mano con Zubas. Claro que en lo negativo una pérdida en la medular gestó la primera ocasión israelí. También recibió un golpe que lo dejó tocado del hombro.

Reinicio… ¡45 minutos después!

Cero alarmas para una segunda parte en la que el cántabro no jugó. Borja Jiménez sacó un once totalmente diferente en este casi tercer tiempo. La pelota volvió a rodar 45 minutos más tarde por el homenaje a las leyendas del Hapoel al descanso. Inaudito. Y aún así, de nuevo migajas de novedades en los pepineros, que vieron debutar a Arambarri y Poveda.

Diego Conde se reestrenó, Avilés, Naim y Perea retornaron y Kelvin, Armenteros y Ro representaron a la cantera. Fue lo único destacable del resto del encuentro, en el que el marcador no se movió pese a que el Lega tuvo un puñado de ocasiones en las botas de Avilés, Lalo o Manu Garrido (finalmente jugaron 23 blanquiazules). Éste último tuvo la más clara antes de que un despiste entre centrales facilitara el gol de cabeza del triunfo local, tras centro desde la derecha. Lalo y Arambarri no se entendieron y el delantero emergió entre ambos para ponerla fácil y sin oposición. Broche injusto a la fiesta israelí, ésa en la que el Leganés acabó siendo invitado perfecto.