De regreso a la victoria
Tras la derrota en Huesca a finales de octubre, Las Palmas acumulaba cuatro partidos sin ganar. Rompió la racha ante su máximo rival regional.
En un universo paralelo, ayer, el C.D. Tenerife se hubiera impuesto a una U. D. Las Palmas que llegaba al derbi tras perder ante el Levante. La derrota en el clásico canario se hubiera sentido como un tiro a la sien que resonaría en el proyecto grancanario. Cuatro derrotas en cinco partidos dejaban a la U.D. con la mirada de las mil yardas y afrontando un doble desplazamiento de caché a Asturias.
El gol de Mo Dauda en el 93′ con el único disparo a puerta hubiera roto el alma de los amarillos. En ese mundo, Soriano hubiera despejado el chut de Pejiño que supuso el 1-0. El del 2-0, también del gaditano, se hubiera ido a la grada Naciente. Y ni que decir sobre el tercero, porque Andone no se hubiera impuesto a Sergio González en la carrera por la bolsa o la vida.
Era el universo en el que se había embarrado hace un tiempo Las Palmas. El de ciudadela de las ocasiones perdidas y de la que pudo coger la última guagua de vuelta que pasa por Fondos de Segura para llegar a tiempo al derbi. Gracias a que Marvin Park y Marc Cardona sacaron el ticket a tiempo en el Ciutat de València.
Y es que como comentaba García Pimienta, contenido en su alegría pública tras la victoria frente al máximo rival regional, “hemos hecho muchos partidos de este tipo pero hoy hemos tenido la certeza de cara a portería”. Y probablemente a su mente llegaban flashes de momentos en los que los suyos pudieron haber sacado más agua del pozo como si fuera un veterano de Vietnam con estrés postraumático, mientras sonaba en su cabeza la banda sonora de Platoon. Pellizcos que enumeraba Viera esta misma semana, “Recuerdo partidos como el del Ibiza que fue una locura. Contra el Burgos que tiramos fuera, al palo… Contra el Huesca fue otra cosa increíble”.
Porque el míster amarillo reinvidicaba aquellos partidos como parte del camino correcto, dieran o no frutos en forma de puntos. “Somos un equipo que solemos jugar bastante bien porque si no lo hacemos tenemos pocas opciones de ganar los partidos” y en aquellos, los amarillos sin cosecha por centímetros.
Sin embargo, en este universo, el de la habitualidad de la temporada 2022-23, Las Palmas recuperó ante el Tenerife el olfato que se fue perdiendo con el paso de las jornadas. Y mira atrás con la media sonrisa de Vegeta con cinco puntos de los últimos nueve ante vecinos de la clasificación —Levante y Eibar— y vecinos de roques. Volviendo la U. D. al camino de las victorias del que le sacó 20 minutos ante el Huesca.
Ahora afronta un esprint asturiano con dos partidos en cuatro días con la propulsión que da una victoria en el derbi y en mitad de una montería de caza mayor. En otras ocasiones, la descompresión tras estos partidos reduce el rendimiento. No obstante, Las Palmas despertó de su caminata por el primer valle de la temporada en segunda posición —a expensas del Burgos— y con el tarro de la confianza rebosante.