De Raúl de Tomás a Aguado: el juego de las diferencias
Cierra el Espanyol su mercado fuera del plazo por segunda temporada consecutiva, en 2022 con una venta sonada y ahora con la llegada de un fichaje libre. Mucho ha cambiado el club.
Como si actuara por su cuenta, por segunda temporada consecutiva el mercado del Espanyol ha acabado mucho más allá de las fechas que marca LaLiga. El fichaje de Álvaro Aguado, diez días después del 1 de septiembre en que se cerraba oficialmente el periodo de altas y bajas, sucede a la venta hace un año de Raúl de Tomás, un 13 de septiembre, al Rayo Vallecano. Hasta ahí las similitudes. El resto es muy distinto.
Para comenzar, lo obvio, porque en este caso se trata de una incorporación, y no de una salida. Lo siguiente, bastante importante, que mientras De Tomás tuvo que esperar a la apertura del mercado invernal para debutar, porque lógicamente al proceder de un club de LaLiga no se podía tramitar su ficha fuera de plazo, el desempeño de Aguado puede ser inmediato: el mediocentro llega libre después de haber acabado su contrato con el Real Valladolid, el pasado 30 de junio, y de no haber renovado.
Precisamente esa condición de agente libre hace que el Espanyol no haya ejercido compra alguna, sí lógicamente una prima de fichaje más sus emolumentos durante dos temporadas. En cambio, a Raúl de Tomás lo vendió el club perico por ocho millones fijos y tres variables, una ganga, cuando su cláusula de rescisión ascendía a 75 millones de euros. La ruina fue económica y acabaría siendo deportiva.
La enésima diferencia es el contexto del mercado en que se han cerrado estas operaciones. Este verano, el Espanyol ha ingresado 36,5 millones por los 3,1 que ha invertido, mientras que el curso pasado ingresó el traspaso de RdT ya fuera de plazo, tras depositar 4,5 millones por Edu Expósito y 2,5 por Tonny Vilhena, y en invierno desembolsar ocho por César Montes, 2,8 por José Gragera y 2,2 por Fernando Pacheco.