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Cristian Álvarez: “Cuando el niño muere, el futbolista se acaba; y mi niño está bien despierto”

El guardameta volvió a jugar el domingo tras seis meses de inactividad por culpa de las lesiones, un periodo en el que asegura que nunca pensó en retirarse a pesar de vivir muchísimos estados de ánimo.

Zaragoza
Cristian Álvarez.
CIERZO VISUALDIARIO AS

Cristian Álvarez volvió a jugar el pasado domingo tras seis meses de inactividad por culpa de las lesiones. El guardameta argentino, de 38 años, afirma que “no fue el regreso soñado” por la derrota sufrida frente al Burgos y asegura que durante todo ese periodo alejado de los terrenos de juego nunca pensó en retirarse a pesar de vivir muchísimos estados de ánimo: “Yo me veo con la misma ilusión de siempre. El otro día una persona muy querida me decía que cuando el niño muere, el futbolista se acaba; y mi niño está bien despierto adentro”.

Regreso. “No fue el regreso soñado. La nota positiva que me pongo es que después de seis meses terminé el partido físicamente muy bien, sin inconvenientes, y esta semana arranqué fortísimo a entrenar de nuevo, cargado otra vez de ilusión”.

Seis meses de inactividad. “Viví muchísimos estados anímicos durante estos seis meses. He vivido momentos de ilusión de verme cerca de volver, situaciones del equipo que las ves desde fuera y no puedes ayudar, que no es fácil, he tenido recaídas y es la primera vez en mi carrera que estoy tanto tiempo inactivo en una temporada... He sentido muchas cosas, pero me dejo un aprendizaje muy grande para mi vida y para mi carrera. En los momentos difíciles es cuando muchas veces queda el aprendizaje más grande”.

¿Llegó a pensar en tirar la toalla? “En estos seis meses viví un montón de situaciones, sobre todo por las recaídas, ya que cuando estás a un pasito de volver... Me he apresurado en intentar volver antes dos veces y he tenido recaídas. A lo largo de mi carrera nunca había tenido recaídas en una misma lesión y es muy complicado. Ahí me llegó el aprendizaje. A mis 38 años no tuve la serenidad de esperar una semana más. Es lo que me ocurrió y el aprendizaje que me llevo. No pensé en retirarme. En mi primera rueda de prensa saqué pecho y dije que era joven con 37 años y tuve la peor temporada de mi carrera. Ese es otro aprendizaje grande que me llevo porque ahora lo tengo que vivir día a día y de esa manera igual termino jugando hasta los 42 o los 40, pero de esa forma”.

Futuro. “No he pensado cómo plantearme el futuro en la próxima temporada. Llevo cinco semanas entrenando y mi objetivo principal era volver a sentirme portero en el terreno de juego, ya que uno no deja de ser futbolista nunca, pero en el campo sí que necesitaba volver a tener sensaciones, de volver a sentirme futbolista y saber que después de una larga inactividad a mi edad estoy bien, que es como me encuentro ahora. Ese es el objetivo a corto plazo. Yo me veo con la misma ilusión de siempre. El otro día una persona muy querida me decía que cuando el niño muere, el futbolista se acaba; y mi niño está bien despierto adentro”.

Labor dentro del vestuario en estos seis meses. “A lo largo de la temporada he lidiado con mi situación personal y también con la del equipo, estando en los momentos cruciales dando ánimos y levantando a la gente. No es fácil cuando encadenas derrotas y entras en una dinámica negativa que todas las cabezas estén en positivo. Es normal. Somos personas y cada uno tiene sus individualidades, pero dentro de eso lo que he visto y lo que he intentado hacer durante toda la temporada es que por encima de lo individual esté lo colectivo. El grupo lo entendió de esa forma y hasta el día de hoy sigue entrenando con mucha energía y muchas ganas de sacarlo adelante. Estamos todos muy concienciados en eso”.

Derrota contra el Burgos. “Es normal estar preocupados tras un 1-3 en La Romareda, ante nuestra gente y en un partido que era fundamental ganarlo para coger aire y alejarnos aún más de la zona comprometida de la clasificación. No lo pudimos conseguir y preocupa por cómo se dio y porque el resultado es hiriente, pero esto es fútbol, las cartas se dieron de esta manera y estamos otra vez resteados para encarar entre tramo final de la temporada y terminar de la mejor manera posible”.

Ánimo del vestuario. “Afrontamos este tramo final con la responsabilidad de saber lo que nos estamos jugando y con muchísima seriedad. Es eso lo que va a marcar el final de la temporada; terminarla con la mayor dignidad posible y lograr la permanencia cuanto antes. Es el único objetivo y la única palabra que a mí me gustaría nombrar: responsabilidad. El nerviosismo, la ansiedad y todo eso hay que dejarlo a un lado y debemos apretarnos bien todos y sacar el partido del domingo adelante para ver las cosas de otra manera de cara a las tres últimas jornadas”.

¿La temporada ha sido un fracaso? “Nunca he medido mi vida con esa vara del éxito y del fracaso. Si digo que esto fue un fracaso quiere decir que todo mi trabajo durante estas siete temporadas en el Real Zaragoza han sido un fracaso porque no conseguí el objetivo de subir a Primera División. ¿Me tengo que considerar un fracasado por eso? Yo pienso que no. Yo trabajo todos los días para conseguir el objetivo y me levanto todas las mañanas para hacer el mejor entrenamiento que pueda. Hay entrenamientos que me salen mejor que otros y hay partidos que me salen mejor que otros. He cometido muchísimos errores, pero nunca me he sentido un fracasado. Es cierto que estamos lejísimos de donde realmente quisimos estar cuando empezó la temporada. Parece que hayan pasado diez años de esos cinco primeros partidos. Y sí que estamos lejos, pero un fracaso nunca porque eso iría en contra de mi propio trabajo y de lo que hacemos todos los días”.

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